Considerado el único autor que lo realizó en una final de Williamsport en 1957
Especial
LA PRENSA
Este 27 de julio el beisbol mexicano amaneció de luto con la noticia del fallecimiento de Ángel Macías Barba, figura legendaria del deporte infantil y protagonista de una de las gestas más memorables en la historia de las Ligas Pequeñas. Tenía 80 años y su salud se había deteriorado en los últimos años debido al Alzheimer.
Originario de Aguascalientes y avecindado en Monterrey, Macías será recordado por haber lanzado el único juego perfecto en una final de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas, hazaña lograda en 1957 con la Liga Industrial de Monterrey, cuando tenía apenas 12 años. En ese histórico partido, retiró a los 21 bateadores sin permitir que ninguno se embasara, dando a México su primer campeonato mundial infantil.
Su historia inspiró la película Los Pequeños Gigantes, filmada en 1958, que retrata el camino de aquel equipo desde campos improvisados hasta la cima mundial.
Tras su paso por las Ligas Pequeñas, Macías jugó profesionalmente en la Liga Mexicana de Beisbol, destacando con los Broncos de Reynosa, con quienes fue campeón en 1969, y posteriormente con los Sultanes de Monterrey, en un traspaso que involucró al legendario Héctor Espino. Aunque ya no volvió a lanzar como profesional, se mantuvo como jardinero y referente del deporte nacional.
La comunidad beisbolera, ligas, academias y aficionados han inundado las redes sociales con mensajes de homenaje y gratitud, reconociendo a Macías como símbolo de esfuerzo, humildad y talento.
Su legado, inmortalizado en Williamsport y en el corazón de México, seguirá inspirando a generaciones de peloteros que sueñan con alcanzar la grandeza desde el diamante.