Los enfrentamientos comenzaron el jueves luego que una explosión de mina terrestre a lo largo de la frontera hirió a cinco soldados tailandeses
PUTRAJAYA, Malasia.— Tailandia y Camboya han acordado un alto al fuego “incondicional” a partir de la medianoche, dijo el lunes el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, un avance significativo para resolver cinco días de mortales enfrentamientos fronterizos que han dejado decenas de victimas y desplazado a decenas de miles de personas.
El primer ministro de Camboya, Hun Manet, y el primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, elogiaron el resultado de la reunión y se dieron la mano junto con Anwar al concluir la breve conferencia de prensa en Malasia.
Los enfrentamientos comenzaron el jueves luego que una explosión de mina terrestre a lo largo de la frontera hirió a cinco soldados tailandeses. Ambas partes se culparon mutuamente por iniciar los enfrentamientos, que han dejado al menos 35 fallecidos y han desplazado a más de 260 mil personas en ambos lados de la frontera.
Hun Manet y Phumtham han acordado “un alto el fuego inmediato e incondicional con efecto a partir de la medianoche, hora local”, dijo Anwar al leer una declaración conjunta.
Anwar, quien presidió las conversaciones como jefe del bloque regional de la ASEAN, señaló que ambas partes han llegado a un entendimiento común para tomar medidas que permitan volver a la normalidad tras lo que él describió como conversaciones francas.
“Este es un primer paso vital hacia la desescalada y la restauración de la paz y la seguridad”, dijo Anwar.
Como parte del acuerdo de alto el fuego, los comandantes militares de ambos lados comenzarán a sostener conversaciones el martes para reducir las tensiones, al tiempo que Camboya organizará una reunión de la comisión fronteriza el 4 de agosto, dijo. Los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa de Malasia, Camboya y Tailandia también han recibido instrucciones de “desarrollar un mecanismo detallado” para implementar y monitorear el alto el fuego de cara a asegurar una paz sostenida, añadió.
Hun Manet dijo que esperaba que las relaciones bilaterales vuelvan a la normalidad pronto a fin de que unos 300 mil aldeanos evacuados en ambos lados puedan regresar a casa.
Es “hora de comenzar a reconstruir la confianza, la seguridad y la cooperación hacia adelante entre Tailandia y Camboya”, subrayó.
Phumtham dijo que el resultado reflejaba “el deseo de Tailandia de una resolución pacífica”.
La reunión en Malasia se dio ante la presión directa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha advertido que Washington podría no proceder con acuerdos comerciales con ninguno de los países si continúan las hostilidades. La declaración conjunta indicó que Estados Unidos es coorganizador de las conversaciones, con participación de China. Los embajadores chino y estadounidense en Malasia asistieron a la reunión, que duró más de dos horas.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, publicó noticias del alto el fuego en X y escribió: “El presidente Trump hizo que esto sucediera. ¡Denle el Premio Nobel de la Paz!”
La violencia es un inusual episodio de confrontación militar abierta entre los Estados miembros de la ASEAN, un bloque regional de 10 naciones que se enorgullece de la no agresión, el diálogo pacífico y la cooperación económica. Ambos países retiraron a sus embajadores y Tailandia cerró todos los cruces fronterizos con Camboya, con una excepción para los trabajadores migrantes camboyanos que regresan a casa.
La noticia del alto el fuego trajo alivio y esperanza a los evacuados de ambos lados. Algunas mujeres en un abarrotado refugio de evacuación en Surin, Tailandia, gritaron de alegría.
“Estoy feliz por eso, y me siento un poco aliviada”, dijo Usa Dasri, una vendedora y agricultora. “Extrañamos nuestro hogar. Hay muchas pequeñas cosas que me preocupan, el ganado y los campos de arroz. No sé qué podría haberles pasado. Quiero ir a casa, así que estoy feliz. También pienso en nuestros soldados en el frente. Quiero que estén seguros y tengan un buen descanso como nosotros”.
También atribuyó el avance a la diplomacia externa.
“Sin ellos, nuestros dos países habrían tenido dificultades para negociar; ambos lados tienen bastante dificultad para hablar y entenderse”, añadió.
Los evacuados camboyanos compartieron el mismo sentir.
Chhuot Nhav, de 42 años, quien huyó de su hogar en la provincia de Oddar Meanchey, un frente de batalla, se dijo feliz pero también cautelosa.
“Estoy feliz porque puedo ir a casa y cuidar de mi cerdo, mi perro, mis gallinas y mis hijos ahora pueden volver a la escuela”, declaró Chhuot Nhav, desde debajo de una serie de lonas verdes que se extendían a lo largo de un autobús escolar. Pero dijo que “esperará hasta que los enfrentamientos realmente se detengan” antes de regresar.
Otro agricultor, Kong Sin, sin embargo, dijo que regresará a casa el martes si el alto el fuego se lleva a cabo como se acordó.
La frontera de 800 kilómetros (500 millas) entre Tailandia y Camboya ha sido disputada durante décadas, pero los enfrentamientos pasados han sido limitados y breves. Las tensiones más recientes estallaron en mayo cuando un soldado camboyano fue asesinado en una confrontación que creó una ruptura diplomática y sacudió la política interna de Tailandia.
Por El Universal