Desde el pasado 17 de mayo Margarita Hernández Tovar reportó la desaparición de Juan Carlos Fuentes, quien visitó la casa materna y no regresó
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
Por cielo y tierra lo han buscado, han rastreado montes, brechas, ranchos, caminos de terracería, calles de la ciudad y hasta territorios fuera del Estado, pero Juan Carlos Fuentes Hernández sigue sin aparecer.
Desde el 17 de mayo, su madre, Margarita Hernández Tovar, vive una pesadilla sin final, una angustia que le han afectado en su salud emocional y física.
Juan Carlos, conocido entre sus amigos como “Charly”, desapareció sin dejar rastro, la última vez que su madre lo vio fue aquel viernes 16 de mayo, cuando fue por su ropa limpia y comida.
“Le ofrecí comida, pero no quiso quedarse, se llevó un taco y se fue, no imaginé que esa sería la última vez que lo vería”, relata Margarita.
Un par de días antes, el joven había discutido fuertemente con su padre exesposo de Margarita con quien compartía casa y aunque no hay pruebas formales, los rumores sobre un posible conflicto familiar han generado temor.
“Hay quien dice que lo mandó desaparecer, son solo rumores, pero… no dejo de pensar en eso”, admite la madre.
Comentó la madre de Juan Carlos que, desde el momento en que notaron su ausencia, familiares y amigos organizaron brigadas de búsqueda, fueron al rancho donde el solía explorar.
Dio a conocer que, también se han realizado operativos con el apoyo de la Marina, la Policía Estatal, agentes de la Fiscalía y grupos voluntarios con drones y cuatrimotos, pero lamentablemente nada ha dado resultado.
“Es como si se lo hubiera tragado la tierra… no dejó señal, no dejó huellas, nadie lo vio, nadie sabe nada”, lamenta Margarita.
La madre de Juan Carlos, quien actualmente enfrenta una lesión severa en la rodilla que la mantiene postrada, ha seguido moviendo cielo y tierra desde su cama y a través de redes sociales ha publicado la ficha de búsqueda, la cual ha sido compartida miles de veces dentro y fuera del país.
Juan Carlos de 45 años de edad, es de complexión delgada, piel aperlada, suele usar barba y lleva tatuajes visibles: estrellitas detrás del oído, una estrella en el ombligo, y los nombres “Margarita” y “Nereida” en el pecho.
La Fiscalía de Personas Desaparecidas mantiene abierta la investigación, pero hasta ahora no ha ofrecido avances significativos.
“Yo solo quiero saber dónde está mi hijo, si alguien sabe algo, que lo diga… aunque sea de forma anónima, no puedo más con esta angustia, no se puede dormir, no se puede vivir así”, dice Margarita, con la voz desgastada por el dolor.