Las remesas que recibimos en México han sufrido su caída más grande desde que se tiene registro, por supuesto ha sido a consecuencia de las férreas políticas migratorias que se han aplicado durante el segundo mandato del presidente Trump.
De abril a junio, periodo del cual se tiene información más reciente, el dinero que los connacionales en los EE. UU. envían a sus familiares en México ha ido a la baja, sin embargo, en el sexto mes cifra es alarmante, pues al comparar los dólares que recibimos por remesas del mismo mes, pero del 2024, observamos una reducción del 16.2 por ciento.
En el mes de junio del 2024 en México recibimos 32 mil 326 mdd, para un año después sólo recibir 29 mil 576 mdd. Además las transacciones, es decir los envíos de dinero, dólares, de trabajadores en Estados Unidos se redujeron de junio del 24 al 25 en 1 millón 600 mil operaciones.
Podríamos pensar de inmediato que los únicos afectados son los familiares de quienes envían los dólares sin embrago, la situación es distinta. Pues las remesas equivalen al 4 por ciento del PIB, por ello no es de extrañar que la economía mexicana, de abril a junio, sólo haya crecido un 0.7 por ciento, cifra que es cierto nos pospone de una recesión, pero que es insuficiente para generar empleos y lograr desarrollo económico.
Los gobiernos que aplican políticas keynesianas, es decir que intervienen en el mercado cuando este no logra un equilibrio, utilizan políticas fiscales expansivas, reduciendo impuesto y aumentando el gasto público para así lograr compensar en este caso los 35 mil millones de pesos que hemos dejado de recibir por medio de las remesas en lo que va de este año.
Cuando un gobierno reduce los impuestos logra impulsar el consumo, ya que el monto de dinero con el cual pagaríamos la carga tributaria se destinaría al consumo, generando así un aumento en la demanda que a la vez ocasiona un aumento en la inversión y en el empleo.
Aunado a ello cuando un gobierno realiza inversiones productivas, para compensar el desajuste en el mercado, colabora de manera directa en el crecimiento y desarrollo del sistema económico, preparando así a la misma economía para avanzar cuando no se requiera la intervención del gobierno en el mercado. Esperemos que el mercado logre su equilibrio, por supuesto con la intervención del estado, pero no buscando un sistema socialista sino organizando al capitalismo, y que esto sea en e, corto plazo pues como bien lo dijo John Maynard Keynes: “En el largo plazo todos estaremos muerto”.