Lishay Miran Lavi, esposa del rehén israelí Omri Miran, dijo que esta no sólo es una decisión militar, sino una sentencia de mu3rte para la gente que sigue secuestrada
EFE.- Decenas de miles de israelíes salieron este sábado a las calles de Tel Aviv para protestar por la decisión del gobierno de Israel sobre expandir su ofensiva en la Franja de Gaza y para pedir un acuerdo de alto al fuego, así como la liberación de los rehenes con el grupo islamista Hamás.
«Esto no es sólo una decisión militar. Podría ser una sentencia de mu3rte para la gente a la que más queremos», dijo durante la protesta Lishay Miran Lavi, esposa del rehén israelí Omri Miran, en declaraciones compartidas por el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos.
Según el Foro, que representa a la mayoría de los familiares de los secuestrados en los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, más de 100 mil personas se sumaron hoy a la protesta semanal en la conocida como «Plaza de los Rehenes» de Tel Aviv.
En imágenes del evento se pudieron ver calles repletas de personas, muchas ondeando la bandera israelí o banderas amarillas, el color del movimiento para pedir la liberación de los prisioneros de guerra.
Nira Sharabi, esposa de Yossi Sharabi, que murió en un ataque aéreo del Ejército israelí contra Gaza, aseguró que su marido falleció la «por la intensidad del conflicto».
«Yossi podría haber vuelto a nosotros si hubieran traído a todos de vuelta rápida y de forma decisiva(…). Ninguna mujer debería experimentar lo que yo», dijo Sharabi ante los manifestantes.
El gabinete de seguridad de la administración israelí, con autoridad para tomar decisiones sobre el curso de la guerra, aprobó el viernes en la madrugada el plan del primer ministro, Benjamín Netanyahu, para expandir su ofensiva y conquistar la ciudad enemiga, donde se estima que viven un millón de palestinos, muchos desplazados.
Los ciudadanos de ahí tendrían que evacuar antes del 7 de octubre.
El plan fue rechazado por los familiares de los rehenes israelíes que continúan en la Franja —30 fallecidos y 20 vivos—, según las estimaciones y criticado por el Ejército, quien teme que la expansión de los combates ponga en riesgo las vidas de los prisioneros y lleve a sufrir grandes bajas entre las filas que llevan casi dos años combatiendo.
Por Latinus