El presidente azerbaiyano y el primer ministro armenio consideraron que la mediación de Trump lo hace merecedor del Premio Nobel de la Paz.
Armenia y Azerbaiyán se comprometieron a poner fin «para siempre» a un conflicto territorial de décadas, aseguró el viernes el presidente estadounidense, Donald Trump, después de la firma de un acuerdo que fue acogido con satisfacción este sábado por Irán y las potencias occidentales.
Estas dos antiguas repúblicas soviéticas han librado varias guerras desde el desmembramiento de la Unión Soviética por el Karabaj, una región azerbaiyana entonces poblada por una mayoría armenia.
El presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, y el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, consideraron que la mediación de Trump le hace merecedor del Premio Nobel de la Paz.
«Armenia y Azerbaiyán se comprometen a detener todos los combates para siempre, abrir el comercio, los viajes y las relaciones diplomáticas, y respetar la soberanía y la integridad territorial del otro», dijo Trump el viernes durante la firma del texto en la Casa Blanca.
Se desconoce si el acuerdo es vinculante.
«Tendrán una muy buena relación», les auguró. Y añadió: «Si no, llámenme y lo arreglaré».
Día «histórico»
Aliyev y Pashinian se estrecharon la mano ante la mirada satisfecha de Trump y, a continuación, firmaron junto a él un documento que la Casa Blanca denominó «declaración conjunta».
«Hoy establecemos la paz en el Cáucaso», comentó el presidente azerbaiyano, afirmando que era un día «histórico» y ofreciéndose a enviar una carta, junto con Pashinian, para promover la nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz.
El presidente estadounidense ha declarado públicamente en varias ocasiones que merece esta distinción por su labor de mediación en diversos conflictos internacionales.
Aliyev agradeció además a Trump su decisión, anunciada el viernes, de levantar las restricciones a la cooperación militar de su país con Estados Unidos.
Por su parte, el primer ministro armenio habló de un acuerdo que «abre el camino para poner fin a décadas de conflicto».
«Durante meses, he estado diciendo que no habrá guerra entre Armenia y Azerbaiyán, que habrá paz. Hoy podemos decir que se ha logrado la paz», declaró Pashinyan en una rueda de prensa tras la firma.
El acuerdo también prevé la creación de una zona de tránsito que atravesará Armenia y conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván, más al oeste.
Esta zona de tránsito, que pide Bakú desde hace tiempo, se llamará «Vía Trump para la paz y la prosperidad internacionales» o TRIPP, por sus siglas en inglés. Estados Unidos tendrá derechos de construcción en el lugar, que le harán ganar influencia en una región muy estratégica y rica en hidrocarburos.
Irán, que se ha opuesto durante mucho tiempo al corredor por temor a que aísle al país del Cáucaso, acogió con satisfacción el sábado el acuerdo.
Sin embargo, también expresó su «preocupación por las consecuencias negativas de cualquier intervención extranjera de cualquier tipo y forma, especialmente en las proximidades de las fronteras comunes».
Turquía saludó «los avances realizados hacia el establecimiento de una paz duradera» y el canciller británico, David Lammy, felicitó a ambos países por las «audaces medidas» adoptadas en Washington.
Por su parte, los dirigentes de la Unión Europea, Ursula von der Leyen y Antonio Costa, afirmaron que el acuerdo «allana el camino hacia una paz duradera y sostenible para ambos países y para toda la región».
La OTAN saludó el sábado la firma del acuerdo, al que consideró «un paso adelante significativo».
«Socio» estratégico
Cuando se le preguntó qué gana Armenia con este acuerdo, un alto cargo estadounidense afirmó que Ereván se beneficia del «socio más importante y crucial del mundo, Estados Unidos», pero no entró en detalles sobre el tema de Karabaj.
«Los perdedores aquí son China, Rusia e Irán», declaró la fuente, que pidió mantener el anonimato.
La disputada región de Karabaj es reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero estuvo controlada durante tres décadas por separatistas armenios tras una guerra que ganaron después del colapso de la Unión Soviética.
Bakú recuperó parcialmente este enclave durante una nueva guerra en 2020, y por completo durante una ofensiva relámpago en septiembre de 2023.
Para intentar superar sus discrepancias, Bakú y Ereván acordaron en marzo los términos de un tratado de paz.
Pero Azerbaiyán exigió que Armenia enmiende su Constitución y renuncie oficialmente a cualquier reivindicación territorial sobre Karabaj, rompiendo así sus vínculos con esta región, considerada por los armenios como su patria ancestral.
Nikol Pashinian dijo estar dispuesto a hacerlo y anunció su intención de celebrar un referéndum constitucional en 2027. Pero el trauma de la pérdida de Karabaj, llamado Artsaj en armenio, divide al país.
Por El Economista