Exponen su vida por unas cuantas monedas, argumentando necesidad de útiles escolares
Por: Monserrat Rodarte
LA PRENSA
SALTILLO, COAHUILA.– Cada vez es más frecuente observar a menores de edad, en su mayoría niños y adolescentes, ocupando los cruceros más transitados de la ciudad para pedir dinero a los automovilistas, una práctica que los expone a sufrir un accidente con consecuencias fatales.
En diversos puntos, los pequeños se acercan entre los vehículos durante los altos del semáforo, pidiendo “unas monedas” para poder comprar útiles escolares o uniformes, según expresan ellos mismos. Sin embargo, su presencia en la vía pública genera preocupación tanto por su seguridad como por las condiciones que los llevan a esta situación.
A pesar de que muchos automovilistas muestran empatía y colaboran con ellos, dependencias como el DIF señalan que la solución no está en dar dinero, sino en buscar mecanismos para que las familias tengan acceso a programas sociales, becas o apoyos que eviten que los menores arriesguen su integridad en la calle.
En colonias con mayor rezago social, esta práctica se ha convertido en una alternativa recurrente para obtener ingresos, especialmente en periodos como el regreso a clases, cuando los gastos escolares incrementan.
Por su parte especialistas advierten que normalizar la presencia de niños en cruceros perpetúa un ciclo de riesgo y vulnerabilidad que podría tener consecuencias irreversibles, a la par de vulnerar sus derechos e integridad, exponiéndolos al peligro sumado de las inclemencias climatológicas.
Aunque constantemente se menciona de operativos específicos para atender este fenómeno, la presencia de niños en cruceros continúa en aumento, sobre todo en esta temporada previa al regreso a clases, tiempo en que más de uno echa mano de los dulces, trapos para limpiar los vidrios, pintar su cuerpo o hacer malabares para atraer la atención del automovilista y así ganar, aunque sea una moneda.