Cerró su ciclo como presidente del Senado con un evento sobrio al que no asistieron los principales líderes de Morena, y solo lo acompañó una veintena de los 66 legisladores de la bancada
Por Mayolo López/Agencia Reforma
La Prensa
CD. DE MÉXICO.- Gerardo Fernández Noroña cerró su ciclo como Presidente de la Mesa Directiva del Senado apenas arropado por la 4T, durante un evento en la antigua sede de Xicoténcatl que abrió con música barroca.
En representación de la Presidenta Claudia Sheinbaum, estuvo el subsecretario de Gobernación, César Yáñez, pero no asistieron liderazgos de Morena, y apenas una veintena de los 66 integrantes de la bancada lo acompañó.
La Gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, fue la única de los 26 Mandatarios estatales morenistas que se apersonó en Xicoténcatl.
También acudió Francisco Cervantes Aguirre, líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la escritora Elena Poniatowska.
Destacó la presencia del coordinador de la bancada morenista en el Senado, Adán Augusto López; de los líderes nacionales del PT y del PVEM, el senador Alberto Anaya y la senadora Karen Castrejón, y del Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, aún envuelto en el escándalo por sus lujos y manifestaciones de ostentación.
Eso sí, después de pronunciar un discurso político de una media hora, Fernández Noroña se dio un baño de pueblo al son de un mariachi con las personas que lo esperaban afuera de la sede legislativa.
Ataviado con un sobrio traje azul y corbata roja, el senador fustigó la opulencia que ha asomado en estas semanas en cuadros morenistas.
«Estamos recibiendo críticas enormes. Seguramente van a decir que fue un despilfarro que hubiera un ensamble barroco en mi informe, hasta de traje me vine; tengo que venir en calzón de manta, porque no es austero», ironizó.
Las políticas públicas, advirtió, deben ser austeras, ha habido excesos de los gobiernos anteriores terribles, eso es indiscutible, pero Juárez decía: «la justa medianía en base al ingreso determinado por la ley».
«Nosotros debemos vivir en base a nuestro ingreso, la fatuidad no es bien recibida, los lujos y los excesos no son bien recibidos, pero también las cosas son relativas», aseguró.
Según dijo, para mucha gente comer tres veces al día es un lujo.
«Para mí, que vengo de una familia de pobres, de trabajadores, trabajadoras, era un lujo comer una gordita y un tlacoyo el domingo, o una torta de queso de puerco y de jamón», recordó.
Después de despedirse del pueblo, Fernández Noroña se tomó la foto con el personal de seguridad del Senado.