Más de 8 horas, derechohabientes hospitalizados y personal de la Clínica 7 sufrieron condiciones extremas, al suspenderse el suministro eléctrico por trabajos de remodelación
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
Por más de ocho horas, derechohabientes, familiares y personal de la Clínica 7 del IMSS, Torre A, sufrieron condiciones extremas dentro del hospital: sin luz, sin aire acondicionado y sin elevadores, lo que generó incomodidad, retrasos en la atención y riesgos para quienes necesitaban movilizarse entre áreas para estudios médicos o ser dados de alta.
La suspensión de servicios comenzó desde las 8 de la mañana, presuntamente como parte de los trabajos de remodelación en la clínica, sin embargo, la interrupción se prolongó más tiempo del previsto, dejando a pacientes con movilidad reducida imposibilitados para descender en elevador y obligando a familiares a improvisar con ventiladores portátiles para soportar el intenso calor dentro de las instalaciones.
Familiares y derechohabientes describieron la situación como “insoportable”, afectando a pacientes en recuperación y generando estrés tanto para ellos como para el personal de salud.
Este episodio se suma a una serie de fallas e imperfecciones históricas en el IMSS, que aunque han sido minimizadas por la institución, han sido confirmadas tanto por derechohabientes como por personal de salud, quienes reconocen que estos problemas son recurrentes y afectan la atención.
Personal de salud coincidió en que, aunque las remodelaciones son necesarias, la suspensión de servicios debió haberse coordinado y comunicado con mayor precisión para no afectar a los pacientes.