Trump ha desplegado destructores en el Caribe tras haber declarado terrorista al cártel de los Soles
Por ABC España
La Prensa
EU.- En varios casos abiertos en tribunales de EE.UU., algunos de ellos iniciados hace más de una década, la Fiscalía ha descrito a Nicolás Maduro no solo como jefe de Estado, sino como cabecilla de un entramado criminal que funciona como un cártel. Muchos de estos procesos quedaron paralizados durante la Administración Biden, cuando se optó por no impulsar las causas más sensibles contra dirigentes del chavismo, en paralelo con intentos de negociación política. Sin embargo, ahora han sido retomados por la Fiscalía y, en esa reapertura, se detalla cómo Maduro dirigió una organización que los fiscales equiparan a una empresa criminal: un sistema en el que altos funcionarios, compañías estatales y estructuras militares operaron de forma coordinada para traficar drogas, lavar dinero y ejercer el poder mediante la violencia y la corrupción.
El expediente más reciente fue registrado el 14 de agosto en Miami. Los demandantes —familias Kenemore y Marval, junto con Jason Saad— presentaron su escrito inicial en el que exigen compensaciones al amparo de la Ley Antiterrorista Federal y la Ley Antiterrorista de Florida. La demanda detalla que los demandantes, canjeados por Biden por Alex Saab, fueron capturados por la dictadura entre 2020 y 2023, tras la captura de Saab en Cabo Verde y su posterior extradición a Miami, y que las víctimas estuvieron privadas de libertad durante períodos que van de los 123 a los 643 días. Saab, considerado testaferro de Maduro, contó con la representación del juez inhabilitado español Baltasar Garzón.
El documento fue admitido en el registro del tribunal el mismo día de su presentación, y desde entonces se encuentra en trámite con la petición de que se reconozca la responsabilidad de Maduro, el cártel de los Soles, PDVSA y otros altos funcionarios venezolanos por actos de narcoterrorismo, secuestro y tortura.
Según las distintas demandas y acusaciones que ha revisado ABC, el llamado cártel de los Soles aparece descrito como una organización criminal formada por altos mandos militares y políticos de Venezuela, cuyo nombre proviene de los distintivos con la imagen de un sol que llevan los generales en sus uniformes. En las causas abiertas en Nueva York se le atribuye la coordinación, junto con las FARC, de cargamentos de varias toneladas de cocaína destinados a EE.UU., utilizando para ello el territorio venezolano, aeropuertos, puertos y rutas seguras controladas por el Estado. La Fiscalía sostiene que Nicolás Maduro ascendió en esa estructura hasta convertirse en su jefe, y por ello fue acusado en 2020 de narcoterrorismo y conspiración para importar drogas.
Secuestro y tortura
En paralelo, las demandas más recientes en Florida apuntan al mismo entramado, pero añaden un capítulo distinto: el uso del secuestro y la tortura de rehenes como táctica de presión contra Washington. En ellas se acusa a Maduro y a sus principales colaboradores de dirigir una red en la que también participan PDVSA y su filial CVP, utilizadas como instrumentos de lavado de dinero y financiación del cártel.
De esta manera, Maduro se enfrenta en EE.UU. a un doble frente judicial: en Nueva York, un macroproceso penal abierto por la Fiscalía, que lo persigue como jefe del cártel de los Soles responsable de inundar de droga el mercado estadounidense; y en Florida, una demanda en la que víctimas directas lo responsabilizan por secuestros y torturas. Ambos procedimientos convergen en la misma idea: que el Estado venezolano, liderado por Maduro, se convirtió en el sostén de una organización criminal transnacional dedicada al narcotráfico, la corrupción y el terrorismo.
Según las acusaciones judiciales y la posición oficial de Washington, Maduro no solo dirige el cártel de los Soles sino que también ha utilizado a otras organizaciones criminales para proyectar poder hacia EE.UU. La Casa Blanca lo ha señalado de instrumentalizar al Tren de Aragua, la mayor banda criminal surgida en Venezuela, para inundar el territorio estadounidense de delincuentes y ampliar así la presión del crimen organizado. Esa calificación ha llevado a que tanto el cártel de los Soles como el Tren de Aragua hayan sido incluidos en la lista de organizaciones terroristas globales, lo que habilita al Ejecutivo a movilizar al Ejército en operaciones de seguridad nacional. El cártel