La noticia publicada en el periódico Monclova entusiasmó a los cinéfilos de la entonces diminuta Monclova de 6 mil habitantes que por primera vez podrían escuchar los diálogos completos en la única sala cinematográfica de la ciudad
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
El 14 de diciembre de 1940 marcó un parteaguas en el entretenimiento en Monclova, el Cine Hidalgo anunció que instaló una tecnología que permitiría sonoridad al 100 por ciento, en los años ochentas las videocaseteras amagaron la subsistencia de las salas muchas cerraron, ahora es el -streaming- el que acecha.
La noticia publicada en el periódico Monclova entusiasmó a los cinéfilos de la entonces diminuta Monclova de 6 mil habitantes que por primera vez podrían escuchar los diálogos completos en la única sala cinematográfica de la ciudad, ubicada en las calles Zaragoza y De la Fuente, dice el historiador Jesús Guajardo.
Una larga lista de salas cinematográficas de Monclova han cerrado por el avance tecnológico, nadie cierra por bonanza, los inmuebles en algunos casos desaparecieron por completo, otros lucen sus ruinas como Diana, Reforma, Río, Hidalgo, Encanto, Palacio, Encanto, Galaxia, y Cine Monclova.
Niños y adultos hojeaban los periódicos para enterarse de la cartelera cinematográfica, había para todos los gustos, algunas salas proyectaban exclusivamente películas extranjeras especialmente estadounidenses, otras como el Palacio, Reforma y Monclova le apostaban a la producción nacional.
El periódico Monclova el 14 de diciembre de 1940 publicaba que el Cine Hidalgo, ingresaba a la modernidad gracias al esfuerzo del empresario Moisés Magro, quien instaló un moderno convertidor de energía eléctrica para evitar los frecuentes apagones que interrumpían las funciones.
Jesús Guajardo explica que con este avance, el público pudo dejar atrás la música que acompañaba las cintas mudas de Charles Chaplin, y entrar de lleno a la era de la sonoridad, luego entre finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, llegó otra transformación: el cine a colores y el cinemascope, formato que permitía ampliar la pantalla para dar mayor realismo a las proyecciones.
Guajardo, expresó que Monclova contó también con otras salas emblemáticas como el Cine Río, al aire libre cuyas ruinas aún pueden apreciarse al final de la calle De la Fuente lado oriente; el Cine Reforma, del cual se conserva la fachada; y espacios que hoy son solo recuerdo, como el Cine Diana ya demolido, ahora el Cine Azteca, que ofreció su última función cerrando otro capítulo en la historia del séptimo arte local.
El Presidente del Colegio de Investigaciones Históricas de Monclova añade que con el paso de los años, la televisión parecía en parte desplazar al cine; más tarde llegaron los clubes de renta de videocassettes, que también quedaron en el olvido.
En la actualidad, puntualizó Guajardo “las plataformas de streaming, es decir, transmisión de películas por internet permiten elegir y ver cualquier película desde casa, con sistemas de sonido envolvente que imitan la experiencia cinematográfica”.