Con pentagramas e imágenes asociadas al diablo, el grupo se reúne en secreto para desentrañar “las enseñanzas prohibidas”
Alejandro Castañeda
LA PRENSA
Con el nombre de Guardianes de Lucifer, fue inaugurado, de manera discreta, el primer templo satánico en Coahuila. El grupo, cuya sede permanece en secreto en la capital del estado, se presentó públicamente a través de redes sociales y encendió un debate sobre la proliferación de nuevas corrientes oscuras y esotéricas en México.
El anuncio se difundió desde la página de Facebook Fenómeno Paranormal Saltillo, espacio dedicado a compartir experiencias relacionadas con lo sobrenatural.
En la publicación, los promotores de este movimiento dieron a conocer la existencia de una congregación que rinde culto a Lucifer y que, además, reserva un lugar especial para la veneración de la Santa Muerte.
Aunque el acto inaugural no contó con medios de comunicación ni convocatoria abierta, circuló material gráfico de un encuentro privado entre líderes espirituales vinculados a corrientes del ocultismo.
En las imágenes se aprecian símbolos, rituales y un espacio decorado con una estética sombría que busca representar al “Señor de las Tinieblas”.
¿Cómo es el templo?
La presentación oficial reunió a ocho personas, quienes se identifican como “hermanos” y ocultaron su rostro con máscaras. Entre ellos mostraron objetos rituales, representaciones demoníacas y elementos propios del satanismo moderno.
Declararon que en ese recinto realizan ceremonias y ritos de iniciación que, según explicaron, siguen tradiciones antiguas adaptadas a los tiempos actuales.
El lugar descrito como templo presenta paredes en tonos negros y rojos, pentagramas, imágenes de Leviatán y Baphomet, además de figuras asociadas al diablo, Lucifer y Satanás.
Todo ello, de acuerdo con los promotores, tiene el propósito de crear un ambiente de introspección espiritual y de desafío a las creencias tradicionales.
La ubicación exacta del templo no ha sido revelada, lo que añade un halo de misterio en torno al grupo. Lo cierto es que el satanismo ha ganado presencia en los últimos años en todo el país, particularmente en la Ciudad de México, donde existen capillas y altares a la vista de cualquiera. (Con información de Milenio)