En el Barrio Mágico de Ojo de Agua, una perrita se ha ganado el cariño de la comunidad al asistir puntualmente a misa, catecismo y celebraciones patronales
Alonso Crisante
LA PRENSA
SALTILLO, COAHUILA.– En el Barrio Mágico de Ojo de Agua, la comunidad religiosa vive una historia singular que ha conmovido a feligreses y visitantes: una perrita sin nombre, tranquila y dócil, que desde hace más de dos años acude puntual a misa en la parroquia del Santísimo Cristo del Ojo de Agua.
El animalito se ha convertido en parte inseparable de la vida religiosa del sector. No interrumpe las ceremonias ni causa molestias; al contrario, se recuesta en silencio mientras escucha atentamente los sermones. Incluso, como señalan los vecinos, suele asistir a varias misas en un mismo domingo, lo que le ha valido la fama de ser “más devota que muchos humanos”.
De acuerdo con testimonios de habitantes del barrio, la perrita fue vista por primera vez cuando pertenecía a unos niños que vivían cerca de la iglesia. Con el tiempo, se fue quedando en el templo hasta volverse un miembro más de la comunidad. “Ya es como la mascota de la parroquia. Yo creo que viene más seguido que muchas personas, no falta nunca”, relató una vecina.
El párroco del templo, Ignacio Flores Ramos, confirmó su constancia y destacó su comportamiento ejemplar: “No ladra, no molesta, está seriecita. Se echa tres o cuatro misas cada domingo. Es increíble su presencia”.
Además de las misas dominicales, la perrita acompaña a los niños los sábados durante el catecismo y cada año participa en la bendición de mascotas, además de no perderse las fiestas patronales de la comunidad. Estas costumbres la han hecho aún más querida entre los feligreses, quienes la reconocen como símbolo de fidelidad y constancia.