En la Clínica 7 del IMSS, a raíz de la falla en los elevadores, personal médico y familiares se ven obligados a cargar niños con respiración asistida
Fabiola Sánchez e Iván Villarreal
LA PRENSA
La vida de los pacientes en la Clínica 7 del IMSS pende de un hilo; elevadores descompuestos obligan a familiares y personal médico a cargar a niños con respiración asistida y pacientes con enfermedades críticas por las escaleras, mientras cada minuto cuenta para su supervivencia.
Dos casos recientes muestran la magnitud del peligro: niños con cardiopatías e hidrocefalia congénita enfrentan complicaciones graves por la falta de traslado seguro dentro del hospital.
Yolanda Hernández, madre de Henry Emiliano Martínez Hernández, de cinco años, describe la desesperación que vive diariamente, su hijo padece cardiopatía dilatada y requiere traslados frecuentes a Saltillo y Monterrey para hemodiálisis y atención cardiológica.
Dio a conocer que, debido a que el IMSS le niega ambulancia, la familia se ve obligada a viajar en autobús desde la madrugada, exponiendo al menor a descompensaciones, baja presión y agotamiento físico.
“En tres ocasiones se ha puesto muy mal, se ha debilitado y hemos perdido citas médicas esenciales. Hago responsable al IMSS de lo que le pase a mi hijo durante estos traslados”, denunció Hernández.
Otro caso crítico es el de Alma Guadalupe Silva Montelongo, madre de un niño con hidrocefalia congénita, tras una cirugía de urgencia para cambiar su válvula cerebral, el niño tuvo que ser cargado a mano entre pisos porque los elevadores dejaron de funcionar.
El sábado pasado, el niño fue intervenido de urgencia por alta presión intracraneal, y se le colocó una válvula cerebral. Sin embargo, para evaluar el funcionamiento de esta válvula, es necesario realizar una tomografía, procedimiento que no puede llevarse a cabo en la Clínica 7 debido al mal estado de los equipos de imagenología. Esto obligó al personal médico a trasladar al menor a un hospital particular, utilizando las escaleras para moverlo, ya que los elevadores de la clínica están fuera de servicio.
Durante el traslado, el niño, quien permanecía intubado y con respiración asistida, fue cargado por el personal médico, lo que incrementó el riesgo de complicaciones graves. Tras regresar a la clínica, el neurocirujano determinó que el menor requiere una nueva intervención urgente. Actualmente, el paciente se encuentra bajo monitoreo constante, con respiración artificial y episodios de inestabilidad cardiaca que agravan su estado.
“Está con respiración asistida y cualquier movimiento o falla de los elevadores podría ser fatal, necesita otra tomografía para verificar el funcionamiento de la válvula, pero no podemos bajarlo de otra forma, cada traslado es un riesgo enorme”, explicó Silva Montelongo.
Las fallas afectan también a pacientes con discapacidad y a quienes acuden a consultas generales, quienes enfrentan retrasos, incomodidad y riesgos físicos al subir y bajar por las escaleras.
Ante la gravedad de los casos, familias y mismo personal de salud hacen un llamado urgente al IMSS para que se reparen los elevadores, se asegure el transporte seguro de pacientes críticos y se implementen medidas que garanticen la protección de los derechohabientes.