Eliamar Vega, coordinador de la Pastoral de la Vida de la Diócesis de Saltillo, alerta los riesgos físicos, emocionales y espirituales
Susana Mendoza
La Prensa
El aborto es una tragedia que crece en México y en el mundo, advirtió Vicente Eliamar Vega Carrales, coordinador de la Pastoral de la Vida de la Diócesis de Saltillo. El sacerdote alertó que en algunos lugares, como en Nueva York, ya se habla incluso de la figura del “aborto extrauterino”, que implicaría dar a la madre hasta un mes para decidir si quiere al bebé, lo que en términos prácticos permitiría quitarle la vida aún después de haber nacido.
“En Estados Unidos se está impulsando eso”, afirmó, al señalar con preocupación que este tipo de propuestas podrían abrir la puerta a escenarios cada vez más extremos.
Aumento en los plazos de aborto legal
Vega Carrales explicó que la aprobación de leyes en torno al aborto ha ido ampliando de manera progresiva las semanas permitidas para su práctica. Recordó que en un inicio se autorizaba únicamente hasta las nueve semanas de gestación; después se extendió a las 12, y en lugares como Nueva York actualmente es posible realizarlo hasta las 24 semanas sin necesidad de justificar la causa.
En este sentido, el sacerdote consideró que detrás de estas iniciativas existe una “gran maquinaria económica”, tanto en recursos como en beneficios, y advirtió que México podría enfrentar en el futuro presiones para adoptar políticas similares.
Más abortos que muertos en la Segunda Guerra Mundial
Al dimensionar la gravedad del fenómeno, Vega Carrales recordó que, a nivel mundial, el número de abortos que se registran en un solo año supera el total de víctimas mortales de la Segunda Guerra Mundial.
“Las consecuencias no son sólo médicas, sino también espirituales, sociales y emocionales para quienes los practican. Incluso está documentado que aumenta en un 80 por ciento la probabilidad de depresión y tendencia al suicidio”, aseguró.
Riesgos médicos y psicológicos
Desde el punto de vista médico, el sacerdote explicó que todo procedimiento implica riesgos importantes. Cuando se realiza con medicamentos, detalló, puede provocar hemorragias graves y, si se retienen restos del embarazo, generar infecciones severas.
En el caso del aborto quirúrgico, advirtió que existe la posibilidad de lesiones uterinas debido a que la intervención se hace prácticamente “a ciegas”. Recordó que el útero es un órgano de músculo liso y frágil, lo que eleva las probabilidades de daños permanentes, entre ellos la infertilidad.
En el aspecto psicológico, señaló que en muchas mujeres se presenta un cuadro que podría ser calificado como trastorno de estrés postraumático, aunque no siempre se reconozca formalmente como tal. En algunos casos —añadió— incluso llegan a registrarse alucinaciones auditivas.
“A nivel espiritual, moralmente todo acto malo es grave para el alma y pone en riesgo la salvación”, subrayó.
Una mujer pide ayuda cada mes
Por su parte, Patricia de Luna, coordinadora de la campaña 40 Días por la Vida, compartió que al menos una mujer al mes se acerca a este movimiento en busca de acompañamiento durante su embarazo, ya que en muchos casos han considerado la posibilidad de abortar.
Detalló que no todas se presentan de manera directa, pues también reciben llamadas y mensajes de mujeres que prefieren no acudir personalmente, pero que igualmente buscan orientación y respaldo.
De Luna explicó que la campaña busca transmitir un mensaje de esperanza y apoyo, especialmente en momentos de crisis en los que un embarazo puede ser visto como una carga o una dificultad insuperable. “Lo que queremos es que sepan que no están solas y que siempre existe una opción de vida”, señaló.
Al ser cuestionada sobre los resultados de la campaña, admitió que no pueden medirse en cifras exactas, ya que no se lleva un registro formal de los casos atendidos. “Este es un movimiento ligado a la fe, no a las estadísticas”, recalcó.