David Ezequiel García, quien fue brutalmente agredido al arbitrar un encuentro de futbol, contempla abandonar el silbato por petición de la niña de 5 años
Por Iván Villarreal
La Prensa
En un conmovedor testimonio, David Ezequiel García Salazar, árbitro de fútbol lesionado tras una agresión en un partido, reveló que está considerando seriamente no volver a pitar un encuentro, influido por la súplica de su hija de cinco años, quien ha quedado profundamente afectada al ver a su padre herido.
García Salazar, quien sufrió daños en el ojo y el cuello durante una riña entre equipos en la que no fue el objetivo directo, compartió el impacto emocional que el incidente ha tenido en su familia. “Mi niña está muy afectada; llora y me dice que ya no quiere que arbitre, que ya no pite”, confesó el árbitro, visiblemente conmovido. La pequeña, quien cumple cinco años esta semana, ha expresado su temor a que su padre vuelva a exponerse a riesgos similares, lo que ha llevado a García Salazar a cuestionar su continuidad en el arbitraje. “Imagínate que me vuelva a pasar algo; ¿qué le voy a decir a la niña? Me voy a sentir mal con ella”, agregó, destacando cómo esta situación le genera una profunda impotencia.
Aunque el arbitraje representa un ingreso extra esencial para cubrir gastos familiares, incluyendo celebraciones como el cumpleaños de su hija, García Salazar admitió que el bienestar emocional de su familia podría pesar más que los beneficios económicos. “Lo hago por ellos, pero si esto afecta tanto a mi niña, tengo que pensarlo bien. No quiero que viva con miedo cada vez que salgo a un campo”, explicó. Esta reflexión surge en medio de su recuperación médica, donde enfrenta visión borrosa, dolores de cabeza y limitaciones en el cuello, con apoyo del gobierno estatal y municipal para cubrir tratamientos y estudios como un posible TAC.
El caso de García Salazar no solo resalta los peligros del fútbol amateur, sino también las repercusiones en el núcleo familiar. Mientras avanza el proceso legal en el Ministerio Público y recibe respaldo del equipo Otilio, el árbitro enfatizó que, sin justicia, incidentes como este podrían disuadir a otros de involucrarse en el deporte. Sin embargo, es la voz de su hija la que resuena más fuerte en su decisión: “El fútbol es para divertirnos, pero si causa tanto dolor en casa, quizás sea momento de reconsiderar”.