Especialistas y sociedad civil advierten que estas medidas fiscales representan un golpe directo a la economía familiar sin garantía de transparencia ni mejoras en los servicios públicos
Por: Jorge de Jesús Estrada
Money.Info/La Prensa
El reciente anuncio de nuevos impuestos y cargas fiscales promovidas desde el gobierno federal ha generado preocupación entre empresarios, expertos y familias mexicanas, quienes consideran que esta medida afectará principalmente a los hogares que ya enfrentan altos costos de vida, inflación persistente y un ingreso cada vez más limitado.
De acuerdo con la propuesta fiscal, se busca incrementar la recaudación bajo el argumento de fortalecer los programas sociales; sin embargo, en la práctica estos nuevos impuestos significarán aumentos indirectos en el costo de productos básicos, transporte, energía y servicios. Esto impactará especialmente a trabajadores, comerciantes, pequeñas empresas y emprendedores, quienes verán reducido su margen de ahorro y se verán obligados a recortar gastos esenciales como educación, salud y vivienda.
Pese al discurso de austeridad, en los últimos años el gasto federal en burocracia, propaganda y estructuras asociadas a programas sin reglas claras de operación ha aumentado. Al mismo tiempo, persisten problemas críticos como hospitales sin medicamentos, escuelas sin mantenimiento, carreteras deterioradas y una crisis de seguridad que no muestra mejoría.
Especialistas en finanzas públicas coinciden en que, antes de imponer nuevos impuestos, el gobierno debió transparentar el uso de los recursos actuales, combatir la corrupción interna y garantizar que el gasto público sea eficiente. En lugar de eso, se ha optado por una política recaudatoria que traslada la carga económica al ciudadano común.
Las preguntas en torno a estas medidas siguen sin respuesta: ¿por qué se exige más al contribuyente cuando no existen resultados claros en salud, educación y seguridad?, ¿quién garantizará que los nuevos ingresos fiscales no se destinen a fines políticos o electorales?, ¿cuántas familias deberán sacrificar su bienestar para cumplir con estas obligaciones fiscales?
Mientras el gobierno federal celebra el incremento de recaudación, millones de mexicanos se preparan para enfrentar una nueva etapa de sacrificios económicos sin certeza de que estos recursos se traduzcan en mejores condiciones de vida.