Tras batallar contra el cáncer, el sacerdote originario de Frontera fue despedido en su capilla de la colonia Borja, rodeado de religiosos y familia
Oscar Ballesteros
La Prensa
FRONTERA, COAHUILA. – Tras 7 años de fungir como sacerdote, pero toda una vida al servicio de su comunidad, religiosos de las diócesis de Saltillo y Ciudad Obregón dieron el último adiós al Padre Juan Manuel López de la Cruz, quien a pesar de lidiar con el cáncer en distintos órganos compartió el evangelio hasta su último aliento; la homilía funeraria se dio en la capilla “Reina de los Ángeles”, de la colonia Borja.
El fronterense de nacimiento fue ordenado en 2018 y asignado a la Diócesis de Ciudad Obregón, Sonora para servir en distintas parroquias de la ciudad como al servicio de una comunidad en la sierra, hasta que su enfermedad, primeramente, un cáncer de riñón que hizo metástasis en su hígado y pulmón, provocó que siguiera en la casa sacerdotal y finalmente al lado de su familia en Frontera para fallecer a sus 51 años.
“Llega a Ciudad Obregón, luego presta su servicio en la parroquia ‘Nuestra Señora de Guadalupe’ en Melchor Ocampo y luego se le complica su enfermedad y pasa a la casa sacerdotal, y como no estaba tan avanzada hizo un apostolado con el Padre Sabino García Gutiérrez que estaba enfermo y falleció hace 1 año, con la complicación de su enfermedad decide venir con su familia, a Frontera para estar acompañado y atendido” refirió uno de los sacerdotes de la comunidad sonorense.
Previo a todo el trabajo como párroco, él desde niño tenía la intención de servir para la iglesia, siendo uno de los fundadores de la capilla “Reina de los Ángeles”, desde hacía ya 25 años, empezando desde los grupos juveniles y posteriormente apoyando a esta, como otras iglesias como laico, puesto que la actitud de servicio siempre la tuvo.
“Su vocación desde niño siempre fue querer ser sacerdote y estuvo el servicio toda su vida, empezó yendo a los grupos juveniles, ayudando como laico en las iglesias, traía el servicio en la sangre, el amor hacia la gente (…) estuvo mucho tiempo en la capilla de ‘Reina de los Ángeles’ y sembró su semilla de amor en mucha gente, era una persona muy alegre, caritativa le gustaba mucho ayudar aún sin él tener él daba lo que tenía desde una palabra de aliento” recuerda su hermana, Cristina López.
A pesar de las dificultades que le causó su enfermedad, al punto de serle complicado el comunicarse, él no cesó de compartir la palabra de Dios, esto mediante la tecnología en sus últimos días, siendo hasta su último momento de vida, a las 7:43 de la mañana del martes que compartiría una reflexión para su comunidad.
“Aún en su enfermedad él seguía compartiendo el evangelio, una reflexión por medio de sus grupos de WhatsApp, diariamente lo compartía, todavía antes de morir alcanzó a enviar su mensaje, siempre optimista, siempre contento en las manos Dios, nunca lo escuché quejarse de su enfermedad cuando hablábamos, siempre con una broma, una sonrisa aun con su cansancio y dificultad para hablar” refirió otro de los padres de la Diócesis de Ciudad Obregón.