Rubén Moreira Valdez
Los citricultores michoacanos denunciaron que el crimen organizado recauda al año 3 mil 600 millones de pesos por concepto de extorsión. Cifra que revela el poder de los carteles y la capacidad económica que acumulan. A lo anterior se agrega lo que “pagan” quienes cultivan berrys y aguacate, además de los comerciantes y prestadores de servicio.
El gobierno no existe en amplias zonas del país; Michoacán y en particular Tierra Caliente, son claro ejemplo de la ausencia de autoridad. La extorsión también incluye a las autoridades municipales las que son obligadas a trasvasar una buena parte de su presupuesto a los delincuentes.
Un funcionario municipal de esos lugares me dijo palabras más palabras menos: “saben cunado llegan las participaciones, ellos disponen que obras se van a realizar y ellos mismos las ejecutan. Hasta arreglan a los auditores”. Un empresario del occidente del país productor textil se quejó en los siguientes términos: “pago piso por cada prenda que sale de la fábrica, son peores que “Hacienda”, saben exactamente lo que embarco, me tienen un infiltrado”. Estas historias son cosa de todos los días.
No obedecer significa desde una “tableada” hasta ser asesinado. La reprersión puede incluir la tortura, el secuestro y la destrucción de la mercancias o los negocios. Todo el país lo sabe y temo que se empeza a ver como natural e irremediable. En terminos reales todos somos victimas de los efectos de la extorsión y es que la practica delictiva tiene efectos en el precio de inumerables productos a los cuales se les trasladó el costo de la “cuota” o “el piso”.
Hay multiples ejemplos de que no hay consecuencias para “el sujeto activo” como le dicien los MP a los “malandros”. No solo la justicia, también la opinión pública y publicada olvida pronto los asesinatos o atentados a la propiedad. Hace un año fue asesinado de manera brutal el alcalde de Chilpancingo y no se sabe de la captura de los homicidas intelectuales o materiales, igual pasó con el crimen de una valiente empresaria de Baja California que en defensa dde sus agremiados habia reclamado a la mauroridad su inacción.
La lista de víctimas es larga y todos los días se incrementa. En las redes vimos a una maestara hincada y redeada por sicarios que luego fue encontrada muerta, igual nos enteramos del homicidio de un joven lider limonero de Michoacán y de otro veracruzano que encabezaba a los naranjeros. Los estados donde suceden ests ilicitos tienen una caracteristica: gobernadores ineptos. A la Camara de Diputados llegó un iniciativa para “prevenir y castigar” la extorsión. Bajo el muy mexicano principio de “peor es nada” se votara en sus termino y se perdera la oportunidad de tener un buen instrumento juridico. No soy aguafiestas, pero eso de poco va servir con gobernadores y gobrnandoras como los de Veracruz, Guerrero y Michoacan.