Ofrendas, testimonios y abrazos compartidos unieron a decenas de padres que cargan el mismo duelo
Por Iván Villarreal
La Prensa
En el Parque Xochipilli 1, Viridiana González, fundadora del grupo “En Honor a Nuestros Angelitos Monclova”, lideró este 1 de noviembre de 2025 una ceremonia distinta: en lugar de soltar globos biodegradables, las familias encendieron luces en honor a sus hijos fallecidos. “Cambiamos por el tema de contaminación, pero con el mismo sentido”, explicó González.
Ofrendas, testimonios y abrazos compartidos unieron a decenas de padres que cargan el mismo duelo. “Quiero darle un sentido a la muerte de mi hijo: ayudar a más gente a salir adelante. Así honro su memoria”, afirmó Viridiana, quien lleva ocho años visitando la tumba de su bebé.
Durante la reunión, las madres rompieron el silencio. Una relató la pérdida de su hijo de un año y un mes: “Se quedó nula la esperanza de volver a tener un bebé”. Otra compartió el impacto de una doctora insensible en Monterrey: “Me dijo ‘¿por qué llora si ya sabía que se iba a morir?’. Regresé con el alma en pedazos”.
Viridiana narró su propia historia: su hijo falleció el 14 de diciembre tras una lucha por trasplante de hígado. “Le pedí un milagro a la Virgen. El milagro fue que se fuera a sus brazos. Eso me mantiene de pie”. Fundó el grupo para ofrecer abrazos y palabras: “Sí se puede salir, aunque hay que aprender a vivir con el dolor”.
Insistió en que “el dolor de perder un hijo no tiene edad”: desde un embarazo de días hasta un adulto de 50 años. “Aquí verán fotos de bebés y de mayores, porque duele igual”.
El grupo invita a más padres: “Desgraciadamente no quisiera que nadie más pasara por esto, pero si ya estás aquí, únete”. Mientras las luces parpadeaban, las familias monclovenses transformaron el cementerio en un espacio de consuelo colectivo.