Juez dictó formal prisión, revivió teoría de segundo tirador validando pruebas antes descartadas
Por Abel Barajas/Agencia Reforma
La Prensa
MÉXICO.- Un juez federal revivió después de tres décadas la teoría del “segundo tirador” al resolver que existen elementos para abrir un juicio a Jorge Antonio Sánchez Ortega, ex agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), por el magnicidio de Luis Donaldo Colosio.
Daniel Marcelino Niño Jiménez, Juez Cuarto de Distrito en Materia Penal de Toluca, dictó este sábado la formal prisión al ex agente de inteligencia por el delito de homicidio calificado, en la hipótesis de coautoría con Mario Aburto.
La decisión del juzgador implica que el acusado se quede internado durante el juicio en el Penal del Altiplano, ya que el delito por el que ha sido procesado tiene prevista la prisión preventiva de oficio.
El pliego de consignación contra Sánchez fue integrada por la Fiscalía del Caso Colosio, a cargo de Abel Galván Gallardo, quien fuera subprocurador de Baja California en el Gobierno de José Guadalupe Osuna Millán.
A diferencia de un juez que en el 2023 y 2024 las desestimó por “inducidas” y “circunstanciales”, Niño validó dos polémicas pruebas que incorporó la gestión de del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, y que son la piedra angular de la nueva teoría del segundo tirador.
Una es el testimonio de Leticia Ortiz, compañera de trabajo de Mario Aburto en la fábrica de plástico Camero Magnéticos, en la Mesa de Otay. Esta mujer declaró en 1998 que Aburto fue visitado tres veces en su centro de trabajo por un sujeto al que describió para un retrato hablado.
Veinticinco años después, ella identificó en una fotografía al ex agente del Cisen como la persona que visitaba a Aburto, previo al magnicidio.
El otro indicio que validó el juzgador es un peritaje de 2023 que concluye que la chamarra de Sánchez tiene una partícula de GSR (plomo, bario o antimonio) en la zona frontal de la manga izquierda, en la franja media, y en la frontal media del lado derecho de la chamarra, lo que supondría que accionó un arma.
Con el fallo del juez, el ex agente del Cisen ha pasado a ocupar el lugar que en el pasado tuvo Othón Cortés Vázquez, detenido el 24 de febrero de 1995 y absuelto el 7 de agosto de 1996, tras no hallarse pruebas de que hubiera detonado el segundo disparo.
Pablo Chapa Bezanilla, responsable de consignarlo y último fiscal especial que se embarcó en la teoría del segundo tirador, terminó perseguido.
Sánchez es el séptimo individuo que es llevado ante la justicia federal por el crimen de Colosio, de los cuales hasta ahora sólo uno, Mario Aburto, ha sido encontrado culpable y sentenciado por el asesinato del 23 de marzo de 1994 en Tijuana.
Además de Othón Cortés, en el pasado fueron absueltos Fernando de la Sota, Tranquilino Sánchez Venegas y Alejandro García Hinojosa, ex integrantes del equipo de seguridad de Colosio.
También el policía Vicente Mayoral Valenzuela y su hijo Rodolfo Mayoral Esquer, así como Rodolfo Rivapalacio Tinajero, encargado de la seguridad del evento de Lomas Taurinas.
Desde su informe final del año 2000, la Fiscalía del Caso Colosio concluyó que Aburto fue el autor de los dos disparos que mataron al ex candidato presidencial y que en los tres análisis que se le hicieron a la chamarra de Sánchez el resultado fue negativo a derivados de nitrado.
Pero desde el inicio de su sexenio, el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo una postura revisionista sobre el caso, al manifestar públicamente que no habría “carpetazo” en el caso e incluso ofreció “proteger” a Aburto, en caso de revelar algo nuevo sobre el magnicidio
Sánchez era el sospechoso perfecto para la teoría del segundo tirador, pues fue detenido unos minutos después del crimen de Lomas Taurinas y su chamarra blanca estaba manchada de sangre. Además, daría positivo a la prueba de radizonato de sodio.
Poco después fue liberado bajo reservas de ley por la entonces PGR.
A fines de 2023, la FGR se dijo lista para ejercitar la acción penal y consignó un expediente de nueve tomos con decenas de nuevos testimonios y pruebas. Sin embargo, las dos evidencias clave eran el dicho de Leticia Ortiz y el peritaje de partículas en la chamarra del ex agente.
En aquella ocasión, la Fiscalía fracasó dos veces para conseguir la orden de aprehensión.
El 24 de noviembre de 2023 y el 5 de enero de 2024, Jesús Chávez Hernández, entonces Juez Quinto de Distrito en Procesos Penales Federales del Estado de México, negó la captura contra Sánchez por carecer de elementos.
Sobre el testimonio de la mujer, que identifica un cuarto de siglo después a Sánchez, el juez dijo que era inverosímil y que por el tiempo transcurrido parecía una declaración inducida por la FGR.
Sobre el dictamen pericial, Chávez sostuvo que era una prueba circunstancial, porque no hay ningún video ni ninguna prueba científica en la indagatoria que demuestre que el inculpado estaba a centímetros de la víctima.
Máxime que en su informe final del año 2000 la entonces PGR concluyó que Aburto fue el autor de los dos disparos que mataron a Colosio y que en los diversos análisis practicados a la chamarra de Sánchez el resultado fue negativo a derivados de nitrado.
“Lo cierto es que (estas pruebas) son absolutamente ineficaces para demostrar la coautoría de que se trata”, resolvió el juez Chávez, cuando negó la captura el 5 de enero de 2024.
La Fiscalía sólo impugnó este último revés, pero el 1 de agosto del año pasado los tres magistrados del Primer Tribunal Colegiado de Apelación en Toluca confirmaron por unanimidad la negativa de captura, al carecer de méritos.
Y a pesar de los reiterados descalabros judiciales, la FGR no bajó los brazos,
El pasado 25 de septiembre, más de un año después, la FGR volvió a pedir la captura del ex agente, con base en un expediente de 11 tomos, dos más que el presentado previamente.
Aunque el caso fue consignado cuando ya se habían instalado en sus cargos los nuevos jueces de elección popular, el caso fue turnado a Niño Jiménez, un juez de carrera judicial.
Niño libró la orden de aprehensión el pasado 7 de noviembre y con ella Sánchez fue detenido al día siguiente en Tijuana.