La Santa Sede conocía la denuncia desde hace cuatro meses, pero la decisión llega 12 días después de que el diario EL PAÍS desvelara que la Iglesia procesa a Rafael Zornoza por abusos en los años noventa, cuando era cura en Getafe
Por Íñigo Domínguez/El País
La Prensa
ROMA.- EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
El papa León XIV ha apartado finalmente este sábado de su cargo, después de 12 días de polémica, al obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, según ha anunciado de forma escueta la Sala de Prensa de la Santa Sede en su boletín diario de mediodía. La fórmula adoptada para darle una salida e intentar atajar el escándalo ha sido que el Papa aceptara su renuncia, ya presentada el año pasado de forma automática cuando cumplió 75 años, como hacen todos los obispos al llegar a esa edad. Al mismo tiempo, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha anunciado el nombramiento como administrador apostólico de la diócesis de Ramón Darío Valdivia Giménez, hasta ahora obispo auxiliar de Sevilla, sin hacer ninguna referencia a la denuncia contra Zornoza. El acusado, por otra parte, ha colgado un comunicado en la web de la diócesis de Cádiz donde agradece al Papa “su comprensión y cercanía paternal” por aceptar su renuncia para poder dedicarse “a los tratamientos médicos” para tratar un cáncer que padece y “atender con serenidad y confianza en Dios” su defensa “ante una acusación injusta y falsa, que está siendo estudiada por la Iglesia”.
La noticia llega después de que EL PAÍS desvelara el pasado 10 de noviembre que el Vaticano abrió hace ya cuatro meses una investigación canónica contra Zornoza por una acusación de abusos a un menor en los años noventa —por tanto, ya prescrita en los tribunales—, cuando era sacerdote en Getafe, provincia de Madrid, y dirigía el seminario mayor de la diócesis. Es la primera vez en España que se conoce el caso de un obispo investigado canónicamente por un presunto caso de pederastia, y la primera vez, que se haya sabido, que el Vaticano aparta a uno por este motivo.
Zornoza se convierte así en obispo emérito de Cádiz, por lo que no podrá ejercer ningún cargo de dirección dentro de la Iglesia católica. No tendrá derecho a voto en las asambleas plenarias de la CEE, pero sí podrá acudir y reclamar el turno de palabra. Valdivia ocupará la dirección del obispado gaditano hasta que el Papa encuentre un sucesor. El actual administrador apostólico de la diócesis nació en la localidad sevillana de Osuna, en 1974. Licenciado en Derecho y Filosofía, se ordenó sacerdote en 2003 y veinte años después fue nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Sevilla por el papa Francisco. “Espero servir de ayuda en el tiempo que esté entre vosotros, hasta que sea designado el nuevo obispo titular”, ha declarado Valdivia en un comunicado del arzobispado sevillano tras conocerse el nombramiento, en el que ha dado también gracias a Zornoza “por todo su servicio y acogida”.
El ahora obispo emérito de Cádiz aseguró, tras la publicación de la noticia, que las acusaciones eran falsas y anunció que suspendía su agenda “para el esclarecimiento de los hechos”. También informó de que lo hacía para tratarse de un cáncer, un detalle desconocido que revelaba por primera vez. El proceso contra él lo instruye en Madrid el Tribunal de la Rota de la nunciatura, la embajada vaticana.
Ante la perplejidad por el hecho de que siguiera en su puesto, el propio León XIV explicó el martes a preguntas de la prensa que “hay que permitir que siga la investigación”. Una vez que concluya, añadió, “llegarán las consecuencias”. Y a los cuatro días ya han llegado. A la vista de la decisión del Papa, el tribunal de la Rota ha debido de encontrar indicios suficientes para justificar su retiro, tras tomar declaración a los implicados.
Esta dilación en apartar a Zornoza contrasta con una de las principales recomendaciones de la Comisión Pontificia de Menores de la Santa Sede en su último informe, presentado el mes pasado: agilizar la destitución de los sacerdotes implicados en casos de abuso. La entidad destacó “la importancia de un protocolo simplificado para la dimisión o destitución de los líderes o el personal de la Iglesia en casos de abuso o negligencia”.
El Vaticano ha dado por fin el paso tras días de confusión y ambigüedad, ante un escándalo inédito en la Iglesia española que ha puesto a prueba tanto a la CEE como al Papa. Con este caso, León XIV ha tenido que afrontar por primera vez, desde que fue elegido hace seis meses, una denuncia de pederastia que afecta a un alto cargo eclesiástico. El reto para él ha sido definir su postura ante esta lacra y cómo actuará a partir de ahora. En realidad, ha sido la torpe gestión de la denuncia, tanto en el Vaticano como en la Iglesia española, la que le ha dejado a él la patata caliente, y en el momento de la verdad no ha sido resolutivo. En medio de las guerras internas de la Iglesia que tanto le preocupan, ha preferido hacer equilibrios y remitirse a los procedimientos establecidos.