Cerca de los edificios calcinados de Wang Fuk Court y con 159 fallecidos aún en la memoria, el distrito hongkonés de Tai Po celebró este domingo las elecciones al Consejo Legislativo (LegCo) entre la abstención silenciosa y la disciplina de acudir a las urnas bajo el restrictivo sistema electoral impuesto por Pekín.
Una clara fractura generacional dividía en esta jornada a los mayores, muchos de los cuales acudieron a votar, y los jóvenes para los que el voto directo tiene un peso limitado y que optaron por la “abstención consciente”, una de las pocas formas de protesta posibles ya en la excolonia desde que Beijing impuso en 2020 la implacable Ley de Seguridad Nacional (LSN).
Además de medir el pulso de la población tras un desvastador incendio cuyas primeras investigaciones revelan graves irregularidades, estas elecciones son las segundas que se celebran tras la reforma electoral de 2021, que redujo los escaños elegidos por sufragio universal, amplió el peso de mecanismos no directos y convirtió los comicios en una elección a la que “sólo (candidatos) patriotas” pueden concurrir.
Entre vallas y carteles con lemas centrados en “estabilidad”, “mejora de servicios” y “seguridad”, las generaciones veteranas caminaban hoy despacio para depositar su voto, ilustrando un hábito forjado durante décadas.
“No es por ilusión, es por disciplina”, afirmó un carnicero de avanzada edad del mercado de Tai Po apellidado Wang. Mientras el choque del cuchillo sobre el metal marcaba el ritmo de la tarde, el hombre aseguró que vota “desde hace décadas, a pesar de no esperar grandes cambios”.
Otro comerciante dijo haber votado para conocer “la cadena completa de responsabilidades” del incendio, a pesar del “escaso rendimiento político de unos comicios en los que se entrega legitimidad al sistema a cambio de una capacidad muy limitada de influir en las decisiones cruciales”, sostuvo.
En un parque, un joven repartidor resumió el otro extremo de la curva. Desde un banco, té con leche en mano, observaba el lento goteo de votantes a los que no pensaba unirse, no por rechazo ideológico, sino por “agotamiento”.
“Renuncio, sí, pero en esta ciudad, eso es sobrevivir”, sentenció.
Joyce, una mesera de 29 años, ilustraba el patrón opuesto y relató que votó “para no ser invisible”.
Con todo, la circunscripción de Nuevos Territorios Noreste, a la que pertenece el distrito de Tai Po era una de las que registraban mayor abstención a mitad de la jornada, con un 16.6% y pese a que se dispusieron autobuses para asegurar la movilidad de los vecinos afectados.
La abstención como protesta
A la espera de las cifras de participación definitivas, que se conocerán el lunes, el incendio podría agudizar la histórica baja concurrencia registrada en los comicios legislativos anteriores (30.2%), revelando la distancia creciente entre la población y un proceso electoral percibido como cada vez más controlado.
Además, la Ley de Seguridad Nacional ha operado en estos comicios como marco disciplinario bajo el que en los días previos a los comicios, fueron detenidos activistas y disidentes por presuntamente incitar a boicots o promover votos en blanco.
Aun en ese entorno restrictivo, surgieron en esta jornada destellos de activismo cívico, como los dos estudiantes de secundaria que junto a una estación de metro repartían folletos no partidistas, centrados en información básica sobre el sistema electoral.
Por LATINUS