La ambiciosa obra ferroviaria detonará el crecimiento industrial al integrar proveedores locales con el T-MEC, optimizando traslados y fortaleciendo el desarrollo de las empresas pequeñas
Liz de la Fuente
LA PRENSA
SALTILLO, COAHUILA. – La región sureste de Coahuila se encuentra ante un punto de inflexión que podría redefinir su fisionomía industrial y social para las próximas décadas. El proyecto del tren de pasajeros, más que una obra de infraestructura vial, se perfila como un activo estratégico de primer nivel diseñado para consolidar a la zona como uno de los polos económicos más resilientes y competitivos de México.
Miguel Monroy, director de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Coahuila Sureste, ha sido enfático: el éxito de esta iniciativa no radica solo en el despliegue de vías, sino en su capacidad para actuar como un habilitador de productividad que conecte de manera inteligente los mercados, el talento y las oportunidades.
La pieza que faltaba en el rompecabezas del Nearshoring
En un contexto global donde el nearshoring dicta las reglas del juego, Monroy subrayó que el tren será un catalizador para que las empresas locales escalen en la cadena de valor. La presión por cumplir con las normativas de contenido regional del T-MEC encuentra en este proyecto una solución logística sin precedentes.
“El factor arancelario es el gran motor que nos obliga a generar mayor contenido local. Al facilitar la movilidad y la logística, permitimos que los proveedores regionales se integren con mayor agilidad. Teniendo proveedores locales, no solo cumplimos con el T-MEC, sino que convertimos los desafíos del comercio exterior en una ventaja competitiva interna”, explicó el titular de Coparmex.
Este enfoque permitirá a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) —especialmente en ramos de logística, proveeduría industrial y servicios— insertarse directamente en el flujo de capital que emana de las grandes armadoras y complejos industriales.
Una red de polos de desarrollo: De Saltillo a Derramadero
La planeación de las terminales no es casual. Monroy validó la visión de largo plazo que ubica estaciones en puntos críticos de la dinámica industrial. De acuerdo con información pública de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los planos ya contemplan nodos clave que funcionarán como polos de desarrollo autónomos:
Saltillo: Como eje central de servicios y administración.
Derramadero y Ramos Arizpe: Para dar respuesta a la intensa demanda de la industria pesada y automotriz.
García: Como puente estratégico hacia la zona metropolitana de Monterrey.
“Cada estación no será simplemente un punto de ascenso y descenso; funcionará como un centro de competitividad que detonará el comercio y los servicios a su alrededor, siempre y cuando se acompañe de una planeación urbana rigurosa”, advirtió el directivo.
Impacto social: Seguridad y calidad de vida
Más allá de las cifras macroeconómicas, el proyecto tiene un rostro humano. El tren se presenta como la respuesta definitiva a la saturación del transporte carretero, un problema que hoy afecta la calidad de vida de miles de trabajadores, estudiantes y ejecutivos que transitan diariamente entre municipios.
Monroy destacó que la migración del transporte de personal hacia el sistema ferroviario traerá consigo tres beneficios inmediatos:
Seguridad: Una reducción drástica en el índice de accidentes viales en las saturadas carreteras de la región.
Eficiencia: Ahorro significativo en tiempos de traslado, permitiendo que el capital humano recupere horas de vida personal y familiar.
Sostenibilidad: Una apuesta por un transporte de bajas emisiones que aligera la huella de carbono de la industria coahuilense.
El reto: Planeación urbana
Pese al optimismo, el líder de Coparmex fue claro en que el potencial del tren está ligado a la ejecución. Para que este sistema sea realmente el motor que el estado necesita, debe existir una integración total con los planes de desarrollo municipal. Solo así, este tren dejará de ser una obra de transporte para convertirse en la columna vertebral del futuro industrial de Coahuila.