Afianza su estrategia en el estado rumbo al 2026
Amplía capacidad productiva con nuevos modelos asignados, fortalece líneas de ensamblaje y posiciona a Coahuila como base clave del plan manufacturero y de crecimiento proyectado
Liz de la Fuente
LA PRENSA
Saltillo no solo mantiene su peso histórico dentro de la industria automotriz mexicana, sino que se coloca en el centro de la estrategia de expansión de Stellantis en un momento de reacomodo global del sector. Mientras otros fabricantes reducen operaciones o congelan inversiones en el país, el consorcio automotriz decidió reforzar su presencia productiva desde Coahuila, asignando nuevos modelos, ampliando empleo y fortaleciendo su red industrial.
La señal más clara de esta apuesta es el arranque de producción de la RAM 1500 en el complejo de Saltillo, una pickup de tamaño completo que compite directamente con la Chevrolet Silverado fabricada en Silao, Guanajuato. La decisión no es menor: implica colocar en México, y particularmente en Coahuila, uno de los productos de mayor volumen y valor agregado del grupo, confirmando el rol estratégico de la región dentro del mapa manufacturero de Stellantis.
En un contexto donde General Motors ha trasladado parte de su producción a Estados Unidos, Nissan anunció el cierre de dos plantas en Aguascalientes y Morelos, y proyectos de firmas como Tesla y BYD fueron frenados o cancelados, la expansión en Saltillo contrasta como un movimiento contracorriente. Dentro del sector, la lectura es clara: Stellantis optó por blindar su operación mexicana y reforzar su competitividad regional desde uno de sus complejos más consolidados.
Durante un encuentro con medios de comunicación, el CEO de Stellantis México, Daniel Alejandro González, destacó que lo que ocurre hoy en Saltillo forma parte de una visión de largo plazo. “Es solo el comienzo de lo que va a pasar en México. Lo que importa es lo que viene”, afirmó al referirse a la asignación de nuevos productos y al crecimiento sostenido de la operación nacional.
El impacto de estas decisiones se refleja directamente en el empleo. Con el inicio de producción de nuevos modelos, Stellantis sumó 5 mil puestos de trabajo en el país, alcanzando 13 mil personas empleadas en plantas y 17 mil en total, distribuidas en ocho instalaciones dentro de dos grandes complejos industriales. Una parte sustancial de esta fuerza laboral se concentra en Saltillo, donde la manufactura de RAM se ha convertido en uno de los pilares de la marca a nivel regional.
La relevancia del complejo coahuilense también quedó marcada durante 2025, año en el que se celebraron 30 años de la Planta de Camiones Saltillo y 15 años de la Planta de Motores Sur, hitos que reflejan la continuidad y madurez industrial de la región. A ello se suma el arranque de producción de Ram 1200 modelo 2026, que fortalece aún más el portafolio fabricado en la zona.
En términos comerciales, el desempeño acompaña la expansión productiva. Stellantis reportó que noviembre de 2025 fue el mejor de su historia reciente en México, con 9 mil 896 unidades vendidas, lo que representó un crecimiento interanual del 15 por ciento. La marca Ram, estrechamente ligada a la operación de Saltillo, registró su mejor año desde su llegada al país, mientras que modelos como la Ram 700 alcanzaron cifras récord desde su lanzamiento.
Aunque el foco industrial se mantiene en Coahuila, la estrategia se complementa con otras operaciones del grupo. En Toluca, Estado de México, Stellantis prepara la producción de la Jeep Cherokee híbrida de sexta generación, el primer modelo electrificado en la historia de esta línea, así como del vehículo eléctrico Recon, ambos alineados con la estrategia global Dare Forward 2030, orientada a incrementar la participación de unidades de cero y bajas emisiones. Sin embargo, la lógica productiva coloca a Saltillo como el ancla para los modelos de mayor volumen y rentabilidad.
La visión de crecimiento también se extiende al portafolio de marcas y lanzamientos. Para 2026, Stellantis prevé la introducción de al menos 13 nuevos modelos en México, 11 de ellos con algún grado de electrificación, que va desde microhíbridos hasta vehículos totalmente eléctricos. Dentro de este ciclo, destacan los productos de manufactura nacional, entre ellos los desarrollados en Saltillo y Toluca.
Otro componente clave de la estrategia es la llegada de Leapmotor, marca china especializada en vehículos eléctricos. Stellantis será responsable de su comercialización y servicio posventa fuera de China, y en México iniciará operaciones con tres SUVs: B10, C10 y C16, que se venderán en espacios independientes para construir una identidad propia. La expansión comercial se apoya además en la reciente adquisición de casi el 50 por ciento de su financiera en México, con el objetivo de ampliar el acceso al crédito.
Desde la perspectiva industrial, el crecimiento en Saltillo también impulsa a la cadena de proveeduría. Stellantis incrementó de 25 a 50 por ciento la participación de proveedores mexicanos en sus compras durante los últimos años, priorizando empresas certificadas bajo el T-MEC. De acuerdo con Alejandro Sánchez, Mexico Sourcing Manager del grupo, México sigue siendo un aliado estratégico frente a la incertidumbre arancelaria global, con oportunidades claras en autopartes, estampados, componentes plásticos y metalmecánica.
Aunque persisten retos en áreas de alta complejidad tecnológica, la empresa mantiene abierta la puerta para integrar a más proveedores nacionales, especialmente en regiones con fuerte vocación industrial como Coahuila. El fortalecimiento de esta red resulta clave para sostener el volumen productivo de plantas como Saltillo y garantizar competitividad a largo plazo.
En conjunto, la apuesta de Stellantis por Saltillo no se limita a un nuevo modelo o a un anuncio coyuntural. Se trata de una estrategia integral que combina inversión productiva, generación de empleo, expansión comercial y fortalecimiento de la proveeduría, en un momento en que la industria automotriz redefine sus prioridades a nivel global. Para Coahuila, y particularmente para Saltillo, el mensaje es claro: el complejo automotriz no solo resiste la incertidumbre, sino que se proyecta como uno de los pilares del crecimiento industrial de México hacia 2026.