
CIUDAD DE MÉXICO.-Desde la Coordinación General de Ganadería del Gobierno federal, David Monreal aprovechó para privilegiar a sus paisanos zacatecanos con el programa Crédito Ganadero a la Palabra y para recorrer el estado del que ahora es candidato a Gobernador por Morena.
De acuerdo con los registros de beneficiarios, a los que REFORMA tuvo acceso, 4 de cada 10 apoyos del programa de la Secretaría de Agricultura (Sader) terminaron en manos de ganaderos de Zacatecas, mientras que 18 estados, entre ellos varios con vocación ganadera, quedaron excluidos.
Según los registros, en 2019 se entregaron 21 mil 71 apoyos a ganaderos de 14 entidades por 897.2 millones de pesos.
De esos apoyos, 8 mil 670 millones, que equivalen al 41 por ciento, se colocaron en Zacatecas, entidad natal del ahora candidato y de su hermano, el ex Gobernador Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en el Senado.
El resto de los apoyos se distribuyó en Campeche, Chiapas, Nayarit, Durango, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.
Además, de los cuatro componentes del programa: repoblamiento de bovinos, repoblamiento de ovinos, repoblamiento de caprinos, y complementos alimenticios, Zacatecas fue la única entidad beneficiada en tres de ellos.
En esas circunstancias, Monreal organizó giras por varios municipios de Zacatecas con cargo a la coordinación de la Sader, a la que renunció en octubre de 2020 para consolidar su candidatura.
Aunque 14 entidades fueron parte de la primera etapa del programa, el ex funcionario tuvo especial atención con Zacatecas, en donde prácticamente durante todos los meses que estuvo vigente el programa realizó al menos una visita.
Un informe de la Auditoría Superior de la Federación sobre Crédito Ganadero a la Palabra advirtió de irregularidades en su aplicación, entre ellas que se entregaron apoyos a solicitantes que no cumplieron con los requisitos; 596 beneficiarios recibieron “apoyos en demasía”; 391 no eran pequeños productores y 48 apoyos estuvieron duplicados.
Tampoco se contó con una metodología que considerara niveles de pobreza y despoblamiento del hato para determinar las entidades a atender.