Autoridades apuntan termómetros en forma de pistolas a las personas sospechosas: buscan temperaturas extremas, es decir, infectados.
La escena, de El Ejército de los Muertos, de Zack Snyder, se refiere a zombis, que han convertido a la festiva Las Vegas en un páramo. La postal, sin embargo, se ha replicado por todo el orbe en la crisis pandémica.
«Me la pasé increíble haciendo la película. No lo físico, porque siempre es desgastante, pero el proceso creativo es divertido. Quería llevar a la audiencia a un viaje loco y divertido hacia la oscuridad y la luz».Zack Snyderdirector
En una videollamada, el estadounidense, quien vuelve a los muertos vivientes tras su ópera prima (El Amanecer de los Muertos, 2004), recalca que es mera coincidencia, pues filmó antes de la cuarentena global.
Pero sí: su largometraje, además de una explosión de acción, suspenso y hasta comedia, aspira a hacer reflexionar.
En la producción, que costó 80 millones de dólares, hay un muro que divide a los vivos de los zombis. También campos de refugiados y hasta coyotes que ingresan a la Ciudad del Pecado a quien lo pueda pagar.
«Si quieres zambullirte en ella, esta película tiene muchas referencias fílmicas y de género. El comentario social también está allí para ti, 100 por ciento», dice Snyder.
«La idea de un muro alrededor de Las Vegas salió natural de mi cabeza. Filmamos en Albuqerque, Nuevo México, lugares llenos de migrantes, y mucho de eso inspiró el comentario social».
El Ejército de los Muertos, que llega este viernes a Netflix, es la película que Snyder rodó cuando veía imposible que su versión de La Liga de la Justicia viera la luz.
Presionado por una legión de fans, Warner Bros. cedió y lanzó el filme de superhéroes tal y como debió ser.
A diferencia de sus tortuosos filmes superheroicos, donde ejecutivos lo empujaban a cambiar el tono, aquí nadie le dijo qué hacer.
Liberado, aparte de dirigir la cinta, Snyder la escribió, produjo y fotografió, innovando en el género al inventar una jerarquía zombi o imaginando su origen en el Área 51.
El rodaje en 2019 fue también catártico, pues se encontraba de luto por el suicidio de su hija, Autumn, dos años antes.
«Es cool cuando tú diseñaste todo: tú asientas las reglas».
En su cascarón, la historia sigue a un comando que busca introducirse en Las Vegas, entre dobles de Elvis y tigres zombificados, para robar 200 millones de dólares de un casino.
Raspando un poco, está el drama de un padre (Dave Bautista), el líder del escuadrón, tratando de reconectar con su hija (Ella Purnell).
Y alrededor de todo, inoculadas, referencias a títulos amados por Snyder, como Escape de Nueva York y El Planeta de los Simios, así como guiños a lo mexicano.
En primer lugar, está Ana de la Reguera, la coprotagonista. Snyder recuerda haber quedado encantado con su carisma desde que la vio en la comedia Nacho Libre.
«Ana pensó que sería un personaje cliché, pero no, Cruz es una mujer poderosa, socia del personaje principal. Me dijo que era algo refrescante para ella. Creo que es maravillosa».
Cruz, por supuesto, es mexicana, y tiene líneas en español. Pero los vasos comunicantes no quedan ahí: en el metraje suena una canción de Control Machete y se menciona, hacia el final, la Ciudad de México.
«Me gusta México, me influye», justifica el director, quien vive en Los Ángeles desde hace 30 años. «La mayoría de los mejores directores de cine del mundo son mexicanos, ¡qué puedo decir! Soy amigo de Guillermo del Toro y también (del cinefotógrafo) Guillermo Navarro.
«Supongo que soy algo mexicano. Cuando viajo a cualquier parte del mundo, siempre pido comida mexicana. Siento que es mi comida».
Como Snyder es el rey de El Ejército de los Muertos, desea expandir su territorio. Produjo una precuela y supervisa una serie animada, que conecta con todo.
«La serie animada… trabajamos en ella todos los días. La película, la estamos editando. Es divertido construir este universo».