Tras haber disfrutado una vida plena durante 92 años, llena de alegrías, retos, triunfos, satisfacciones y mucho amor por parte de sus seres queridos, Marco Antonio Flores González falleció el 12 de junio.
Rodeado de su familia, entre ellos su esposa Graciela García Junco, con quien llevaba 68 años de casado, y sus cinco hijos: Alejandra María, Susana, Marco Antonio, Luiz Gonzaga y Graciela Flores García, fue que partió de este mundo, para disfrutar de la vida eterna.
Sus familiares y quienes tuvieron oportunidad de conocerlo lamentan la partida de Marco Antonio, coahuilense de nacimiento, pero regio de corazón.
En Monterrey vivió desde que tenía 11 años, cuando llegó junto a su mamá María Esther González, y sus seis hermanos, a vivir aquí, tras la muerte de su papá, Blas María Flores Toba.
“Él nació y vivió en Frontera, Coahuila, pero al morir su papá se vinieron a vivir a Monterrey”, comentó su hija Graciela, “él es el mayor de sus hermanos y por ello desde los 11 años le tocó ser cabeza de familia. Desde niño trabajó para sacarlos adelante, trabajaba en lo que podía, desde vender periódico, repartir comidas a los trabajadores de fundidora, vender dulces a sus compañeros del colegio, volear zapatos”.
Siempre trabajó arduamente y gracias a su esfuerzo sacó adelante a su mamá y hermanos, a todos les dio estudios.
Para sus hijos fue un ejemplo de orden, rectitud, trabajo y dedicación. Además, lo recuerdan como una persona responsable y amorosa.
“Fue un papá muy cariñoso, que siempre vio por nosotros, preocupado para que no tuviéramos las carencias que él tuvo. Siempre tenía un consejo, si nos veía en un apuro buscaba la forma de ayudarnos, siempre lo tuvimos como el respaldo, el patriarca, el que nos hizo fuertes toda la vida”, señaló.
Junto a su esposa formó un hermoso matrimonio, el cual gozaba pasar el tiempo juntos, viajar, y estar cerca de sus hijos, 16 nietos y 9 bisnietos.
“Era un matrimonio hermosísimo, súper fieles los dos, amorosos, muy de acuerdo en todo, en la formación de los hijos, en la fe católica, porque los dos estaban muy apegados a la iglesia”.
Formó parte de la Congregación Mariana del Roble, fue presidente de la Unión de Católicos Mexicanos de 1962 a 1965, participó en la Liga Mexicana de la Decencia, y en la Unión Neoleonesa de Padres de Familia, entre otras.
CARRERA BRILLANTE
Estudió la carrera de Contador Público en el Tecnológico de Monterrey, por ello desde que se graduó empezó a trabajar en este rubro.
Por años laboró en el área de recursos humanos de Cydsa, y años más tarde formó ERIAC (ejecutivos de relaciones industriales).
Destacó en la labor que realizaba en diferentes empresas en el área de administración de recursos, por ello recibió varios reconocimientos en diferentes partes del mundo, como Brasil, Australia y Filipinas.
En el 2002, el ex Presidente Vicente Fox le otorgó un reconocimiento por su destacada labor y colaboración en la organización y fundación de la Federación Mundial de Asociaciones de Administración de Personal.
Se distinguió como un miembro activo y participativo en organismos como Caballeros de Colón, Círculo Mercantil Mutualista y Sembradores de Amistad. De algunas agrupaciones fue presidente.
Además, incursionó en la política, ya que fue militante del PAN por 60 años, fungió como regidor del ayuntamiento de Monterrey de 1980-1982, y fue parte del Consejo Ciudadano de Seguridad del Estado de Nuevo León.
Fue un gran hombre que jamás se doblegó ante la adversidad, con gran ética laboral y honestidad, que supo trabajar duro y con muchos valores que transmitió a sus seres queridos, quienes siempre lo recordarán con especial cariño.
Descanse en paz.
EN VOZ DE SUS SERES QUERIDOS…
“Mi Padre fue y será para mí un ejemplo a seguir. Tuvo una vida difícil desde niño y no se doblegó ante la adversidad, fue integro, buen Católico Cristiano, Ético, esposo fiel y gran padre de familia, con gran moral y convicciones, su bondad y disposición para ayudar a todo aquel que le necesitara, familiares o conocidos fue extraordinaria.
Me deja un ejemplo de vida con metas muy altas de cumplir. Sé que esta junto a nuestro Señor Dios y que entró por la puerta grande, directo y sin escalas, lo que me da gran tranquilidad y consuelo en la pena y tristeza de no tenerlo más aquí. El continuará viviendo en mi corazón y mi mente”.
Marco Antonio Flores García
“Mi abuelo fue siempre un ejemplo de bondad, rectitud, fortaleza, moral ética laboral y honestidad. Crecer bajo su sombra nos ha dado a todos sus hijos, nietos y bisnietos una guía de cómo ser un ser humano compasivo, justo y generoso. Me llevo esta enseñanza conmigo, pero más que nada me quedo con su amor incondicional y el recuerdo de sus abrazos”.
Rafael Felipe Díaz Flores
“Siempre recordaré y honraré a mi abuelo por su gran ejemplo de vida profesional. Él, como empresario comprometido con el desarrollo del talento y capital humanos, se capacitó en el IPADE y se mantuvo siempre a la vanguardia en su crecimiento profesional. Me inspiró a estudiar también en el mismo instituto y con orgullo puedo decir que gracias a su ejemplo y apoyo, logré titularme como Directora de Empresas.
Graciela Cecilia Treviño Flores
“Recordaré siempre a mi abuelo cariñoso, atento y generoso. Como un hombre trabajador, dedicado, mesurado y prudente. Su liderazgo nos inspiró a ser mejores y su alegría nos hizo sentir queridos a todos por igual”.
Luisa Díaz Flores
“Me quedo con esas pláticas largas en tu oficina llenas de aventuras, en las que conocí y aprendí acerca de ti, pláticas que hacían volar mi imaginación y me hicieron estar orgulloso de mi pasado, mi familia y lo difícil que fue el camino para ti y a pesar de todo siempre lo hiciste ayudando a los demás.
Me quedo con tu sonrisa en las juntas familiares, me quedo con tus consejos, aprendizajes y con los secretos que quedan entre tú y yo. Me quedo con tu nombre, el cuál porto con orgullo y siempre tendré para recordar que, a pesar que ya no estás con nosotros, siempre serás mi abuelo y siempre te voy a recordar como el gran hombre que fuiste, viviendo con el ejemplo que nos dejas”.
Marco Antonio Flores
“En las buenas y en las malas siempre podías contar con su apoyo incondicional, le disgustaba mucho las injusticias o situaciones desfavorables para sus seres queridos, por lo que siempre encontraba soluciones para todo y para todos, tantas historias qué nos compartió de cuando era joven con importantes moralejas como el trabajo duro, la perseverancia, y el amor. ¿Qué fue él para mí? Pues él mayor ejemplo a seguir de vida, de familia, de amor, perseverancia, duro trabajo, de no rendirnos nunca, de la nobleza, modestia y ser aún más fuertes qué el roble”.
Nancy Rubio Flores
