
Además de controlar las Aduanas mexicanas y el tráfico de drogas en la frontera de Tamaulipas con Texas, el crimen organizado ha convertido a la extorsión y los secuestros de migrantes en una de sus principales fuentes de ingresos.
De acuerdo con fuentes conocedoras de casos, los delincuentes ya no sólo explotan el tráfico de indocumentados vía el cobro de cuotas, sino que también recurren a la violencia y al plagio para exigir rescate a familiares de los migrantes.
En videollamadas filtradas por los informantes se puede observar cómo los secuestradores, a punta de pistola, amenazan de muerte a los migrantes para que rueguen a sus familias y envíen a los criminales miles de dólares para salvarlos.
“Soy David, Lidia, dile al cuñado que nos ayude, porque estamos secuestrados, por favor ayúdame”, clama angustiado un centroamericano plagiado que, de acuerdo con las fuentes, está en una casa de seguridad.
“Bueno muchacha”, interrumpe el secuestrador, al que no se le ve el rostro, “si quieren ver a tu hermano vivo otra vez tienen que pagar la cuota. La cuota te la voy a dejar en 7 mil dólares.
“No seas pendeja. El dinero regresa, los familiares no”, recalca antes de cortar la videollamada.
“Mami, ayúdame, mándame todo el dinero”, se escucha en otro video en el que un migrante ruega a su familia por el rescate mientras es golpeado y amenazado a punta de pistola.
Las fuentes no aclararon qué pasó con estos migrantes, pero señalaron que ya son comunes las casas de seguridad a lo largo de la frontera norte tamaulipeca, de Nuevo Laredo hasta Matamoros. En estos lugares, los migrantes son retenidos hasta que los criminales reciben el rescate.
Y detallaron que los criminales cobran diferentes cuotas para cruzar a extranjeros a Estados Unidos.
Las tarifas varían según la nacionalidad, ya que si el migrante es de origen asiático está entre los 17 mil a 20 mil dólares, mientras que a los sudamericanos se les exige al menos 10 mil dólares.
Para los centroamericanos, la cuota subió de mil a 4 mil dólares en el último año tan sólo para llegar al río Bravo, pago que no necesariamente los exenta de ser víctimas de extorsiones y secuestros de los criminales.
“También cobran más si el migrante quiere que lo transporten hasta Houston, o más al norte”, explicó una fuente.
Los migrantes que no pagan corren el riesgo de ser atrapados por “la operativa”, grupos armado cazamigrantes.
También el centroamericano, explicaron las fuentes, cuando llega a Estados Unidos, debe enviar dinero a criminales en su país, en la llamada “cuota de protección” para su familia.
Los informantes reprocharon que esta problemática es posible por la complicidad de las corporaciones policiacas y la negligencia de las autoridades militares.