Por Rubén Moreira
La Prensa
El tema de los legisladores plurinominales a menudo desata controversia. Incluso en forma periódica aparecen intentos por desaparecerlos. El principal argumento es el costo que generan y el hecho de que en su mayoría no realizan campaña.
Antes de avanzar, simplifico la razón de un legislativo bicameral: al ser nuestro país una federación, aunque a veces no lo parezca, la cámara baja representa a la población y la alta a los estados. Así las cosas, una entidad federativa tiene más diputados en cuanto tenga más población. En el caso del Senado, la lógica nos diría que debe haber igual número de senadores por estado, pues como miembros de la Unión tienen la misma importancia, pero no es así.
En la realidad, el Senado sufrió una distorsión cuando se incluyó una lista nacional plurinominal, lo que generó una representación desigual entre los estados. Esta mala decisión se puede solucionar de diversas maneras, pero será en otra oportunidad cuando hablemos al respecto.
Ahora bien, los diputados plurinominales responden a la necesidad de representar a los electores que votaron por candidatos que no obtuvieron el triunfo por mayoría. Un ejemplo: en la elección de 2009 el PRI obtuvo con el 36.94% de los votos el 61% de las diputaciones de mayoría relativa. De no existir los plurinominales, una minoría de ciudadanos se hubiera impuesto al total de los electores. Por efecto de la representación proporcional la bancada del PRI terminó con un 47% de las curules. No pasa desapercibido que se mantiene una sobrerrepresentación.
MORENA anuncia la intención de presentar una iniciativa de reforma que revise el órgano electoral y la composición de la cámara baja. En el segundo de los casos se desliza el interés de suprimir a los diputados plurinominales. De llevarse a la realidad la discusión de estos dos temas, propongo cuando menos un par de puntos a debate: 1) que en la Cámara se represente mediante diputados, el porcentaje de votación. Líneas arriba usé el ejemplo de la elección de 2009, ahora presento el de 2021, donde la coalición Juntos Hacemos Historia sacó el 43% de la votación, tuvo un 62% de los triunfos de mayoría relativa y tiene un porcentaje total de diputados del 56%. Lo correcto, a mi parecer, es que el número de curules sea equivalente al porcentaje de votos. En el mundo hay diversos ejemplos de solución que se pueden usar. 2) Si en verdad la sociedad mexicana quiere bajar el costo de las contiendas electorales y no le importa perder representación territorial, la respuesta es disminuir el número de diputados de mayoría relativa, que son aquellos cuyas contiendas sí generan un costo al contribuyente. Menos diputados de mayoría trae como consecuencia disminuir el número de juntas distritales del INE.
La representación proporcional pura, entre otros temas, permite que todos los votos cuenten. El ciudadano se vera reflejado de mejor manera en la Cámara y, en teoría, vamos a tener leyes con un mayor consentimiento popular.
Recomiendo para más información: “En defensa de los plurinominales”, excelente artículo de Ciro Murayama, que apareció en el último número de la Revista Nexos.
Coordinador de la bancada del PRI en Cámara de Diputados