La lava del volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma (archipiélago de Canarias, suroeste) perdió velocidad pero avanzaba sin freno, multiplicando los estragos a su paso ante la impotencia de los vecinos. La lava «se ha ralentizado pero sigue su camino inexorable», advirtió en conferencia de prensa Ángel Víctor Torres, presidente regional de las Islas Canarias.