RAMOS ARIZPE, COAHUILA. – Seis años han pasado desde que Homero y Jessica perdieron a su pequeña Natalia y, al día de hoy, la recuerdan en cada pequeña que ven por la calle, imaginando cómo luciría físicamente y cómo podría ser una niña feliz.
Una vez más, el joven matrimonio acudió al panteón San Nicolás para honrar a la niña que perdieron al mes y medio de nacida por una broncoaspiración.
Un poco más resignados, pero la tristeza sigue a flor de piel al revivir la terrible experiencia.
“Fue un accidente en el que la niña se nos bronco aspiró, algo que sabemos les pasa a muchos niños, pero que nosotros jamás pensamos que viviríamos. Una parte de mí se fue con ella, sigue doliendo, y como cada año venimos a traerle sus flores y a pasar un rato juntos”, comentó Jessica Valdés la madre de esa pequeña que falleció durante una madrugada.
Homero Hernández, el padre de Natalia, coincide con las versiones en las que se señala que no hay palabras para describir el dolor por la pérdida de un hijo.
“La muerte es difícil para todos, perder a nuestros padres y hermanos es algo que duele, pero perder a un hijo es algo que cala siempre porque estamos acostumbrados a que los hijos nos vean partir a nosotros, no al revés”.
El matrimonio residente de la colonia Fidel Velázquez tiene otra hija de 11 años en la que fincan su atención y esfuerzo diario.
“Veo una niña en la calle y pienso “así sería mi Natalia”, me la imagino cómo serían sus ojos, su pelo, que tiene una sonrisa bonita. La llevo siempre en mi corazón y en cada personita que veo esperando que Dios cuide de su alma”, añadió Jessica.