El mexicano lleva la palabra puto muy arraigada, por lo que erradicar el grito homofóbico en un corto o mediano plazo luce como una empresa bastante compleja.
El aficionado al futbol en el País ha encontrado en los estadios el sitio ideal para catalizar su frustración por la falta de espectáculo de la Selección Mexicana y con todo y las campañas, los vetos y las amenazas, los seguidores sigan afectando al Tri con el «Ehhh… ¡Puto!».
«El aficionado pacífico como el radical, se han dado cuenta de que este grito genera controversia, polémica y una parte de ese sector lo expresa como una forma de protesta cuando el equipo mexicano no juega bien, cuando hay una mediocridad en la práctica deportiva.
«Algunos filósofos dicen que el futbol es el tercer espacio de los salvajes, uno es la cama, otro es la mesa y el último la tribuna. Es un catalizador, sobre todo del fracaso y la frustración, en la tribuna miles de gargantas se unen para hacer un grito como este, es una forma de catalizar», declaró en entrevista el doctor en Ciencia Política e investigador de la UNAM, Hugo Sánchez Gudiño.
¿Por qué se utiliza una palabra homófoba para agredir al rival?
La respuesta, según el catedrático, viene de dos vías. La primera es la cultura machista y la segunda, la imitación que los seguidores del balompié nacional hacen de las barras Sudamericanas.
«Tiene una connotación masculina, de un lado están los hombres y del otro los putos, en Sudamérica se usa mucho la palabra del aguante, que es sinónimo del machismo, los hombres machos son los que tienen coraje, valentía, y traducido al español mexicanizado, los que tienen huevos. Frente a los hombres machos están los putos, los débiles, los miedosos, los que huyen del campo, de la batalla», abundó.
Sánchez Gudiño subrayó que la palabra está en el día a día del mexicano, por lo que la Federación necesita que el nivel de juego del Tri mejore, no apoyar a las barras bravas y entender mejor la cultura mexicana, si es que quiere erradicar el grito.
«Debe (la FMF) enriquecer su diagnóstico recurriendo a los estudios académicos, eso daría medidas más inteligentes que las campañas que la propia Federación ha creado», concluyó.