La Casa Blanca, bajo presión de activistas para aumentar el suministro de vacunas contra el coronavirus a las naciones pobres, busca invertir miles de millones de dólares para expandir la capacidad de fabricación de Estados Unidos, con el objetivo de producir al menos mil millones de dosis al año a partir de la segunda mitad de 2022, dijeron dos de los principales asesores del Presidente Joe Biden.
La inversión es el primer paso en un nuevo plan, que se anunciará el miércoles, para que el Gobierno se asocie con la industria para abordar las necesidades inmediatas de vacunas en el extranjero y a nivel nacional y para prepararse para futuras pandemias, dijo el Dr. David Kessler, quien supervisa la distribución de vacunas para la Administración, y Jeff Zients, coordinador de respuesta al coronavirus.
“Se trata de asegurar una mayor capacidad contra las variantes de Covid y también de prepararse para la próxima pandemia”, dijo Kessler. “El objetivo, en el caso de una pandemia futura, un virus futuro, es tener capacidad de vacunación dentro de los seis a nueve meses posteriores a la identificación de ese patógeno pandémico y tener suficientes vacunas para todos los estadounidenses”.
La idea de la nueva asociación público-privada aún se encuentra en sus primeras etapas y el precio es incierto. Kessler, que ha estado trabajando en la propuesta durante meses, la calculó en “varios miles de millones”. El dinero se ha reservado como parte del Plan de Rescate Estadounidense, el paquete de ayuda para la pandemia de 1.9 billones de dólares que Biden promulgó en marzo.
La Agencia de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado tiene la intención de emitir una “solicitud de información” para solicitar ideas de empresas que tienen experiencia en la fabricación de vacunas utilizando tecnología de ARNm . Zients dijo que los funcionarios querían respuestas “en un período de tiempo muy corto, 30 días, para comprender la forma más eficiente, eficaz y confiable que podemos aumentar la fabricación”.
Activistas, muchos de ellos veteranos que ayudaron a combatir la epidemia del sida, han estado exigiendo durante meses que Biden haga más para ampliar la capacidad mundial de fabricación de vacunas. Algunos, furiosos con lo que consideran un lento progreso de la Administración, se presentaron en la casa de Ron Klain, el jefe de gabinete de Biden, en septiembre y depositaron una montaña falsa de huesos en la acera en protesta.
Al mismo tiempo, la Administración ofrecerá vacunas de refuerzo a millones de estadounidenses vacunados, a pesar de las críticas de los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud y otros expertos que dicen que las dosis deberían ir primero a los países de ingresos bajos y medianos bajos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos tiene como objetivo autorizar dosis de refuerzo de la vacuna Covid de Pfizer-BioNTech para todos los adultos a partir del jueves, según personas familiarizadas con los planes de la agencia.
No está claro si el nuevo plan de Biden satisfará a los críticos de la Administración. Muchos activistas han exigido que la administración aumente la capacidad de fabricación en el extranjero, particularmente en África, pero el plan Biden se centra en la creación de capacidad entre los fabricantes nacionales de vacunas.
“Este esfuerzo está dirigido específicamente a desarrollar la capacidad nacional de Estados Unidos”, dijo Kessler. “Pero esa capacidad es importante no solo para el suministro de Estados Unidos, sino para el suministro mundial”
