La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este viernes la pieza central de la agenda nacional del Presidente Biden: un plan de 1.85 billones de dólares en gastos durante la próxima década para combatir el cambio climático al cambiar de las energías fósiles a las renovables, expandir la atención médica y reconstruir la red de seguridad social de la nación.
La aprobación del proyecto de ley, 220 a 213, se produjo después de semanas de conflicto entre los demócratas y fue rematado por un discurso sin precedentes de más de ocho horas por parte del líder republicano de la Cámara de Representantes, el Representante Kevin McCarthy de California, que retrasó la votación prevista para el jueves pasada la medianoche y luego la retrasó hasta el viernes por la mañana.
Los legisladores se reunieron a las 08:00 horas, tres después de que McCarthy finalmente dejara de hablar, para comenzar la serie final de votaciones para enviar una de las leyes más importantes en medio siglo al Senado.
“Bajo esta cúpula, durante siglos, los miembros del Congreso han estado exactamente donde nos encontramos para aprobar legislación de consecuencias extraordinarias en la historia de nuestra nación y para el futuro de nuestra nación”, dijo la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, y agregó que la ley “será el pilar de la salud y las finanzas seguridad en Estados Unidos”.
El plan ofrece educación preescolar universal, subsidios para el cuidado infantil que se extienden hasta la clase media, ayuda financiera ampliada para la universidad, cientos de miles de millones de dólares en apoyo a la vivienda, atención domiciliaria y comunitaria para estadounidenses mayores, un nuevo beneficio auditivo dentro de la red de seguridad social Medicare y controles de precios para medicamentos recetados.
Más de medio billón de dólares se destinarían a cambiar la economía estadounidense de los combustibles fósiles a energías renovables y los coches eléctricos, la mayor inversión jamás realizada para frenar el calentamiento del planeta. El paquete se pagaría en gran medida con aumentos de impuestos sobre las personas con altos ingresos y las corporaciones, que se estima que generarán casi 1.5 billones de dólares en 10 años.
El proyecto de ley todavía tiene un largo y difícil camino por recorrer. Los líderes demócratas deben pasarlo a través de un Senado dividido en 50-50 y navegar por un tortuoso proceso presupuestario que es casi seguro que remodelará la medida y la obligará a regresar a la Cámara, si es que se aprueba.
Pero incluso si se reduce el plan de 3.5 billones de dólares que originalmente buscaba Biden, la legislación podría resultar tan transformadora como cualquier otra desde la Gran Sociedad y la Guerra contra la Pobreza en la década de 1960, especialmente para las familias jóvenes y los estadounidenses mayores. La Oficina de Presupuesto del Congreso publicó una estimación de costos oficial el jueves por la tarde que encontró que el paquete aumentaría el déficit presupuestario federal en 160 mil millones de dólares en 10 años.
La evaluación indicó que el paquete en general costaría un poco más que la última propuesta de Biden: 2,1 billones de dólares en lugar de 1.85 billones de dólares.
Se proyectó que los ahorros en el gasto del gobierno en medicamentos recetados generarían otros $ 260 mil millones, aunque se estimó que una medida reducida para permitir que Medicare negociara los precios de algunos medicamentos ahorraría solo $ 79 mil millones, mucho menos que la propuesta original de los demócratas de $ 456 mil millones. tendría.
“Este proyecto de ley será transformador y se medirá en el sentido más profundo de esperanza que tendrán los estadounidenses cuando vean que su economía funciona para ellos en lugar de frenarlos”, dijo el Representante Steny H. Hoyer de Maryland, líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, dijo el jueves durante lo que se suponía para el debate de cierre.
