Probióticos y prebióticos. ¿Cuál es su función y en qué se diferencian? Ambos son fundamentales para regular nuestra flora intestinal, pero a pesar de las similitudes sus funciones son diferentes. Como explican los especialistas de la Clínica Mayo, el revestimiento de nuestro intestino «está cubierto de criaturas microscópicas, en su mayoría bacterias», que crean un ecosistema propio llamado «microbioma».
Aunque no las veamos juegan un papel crucial para nuestra salud e incluso pueden llegar a afectar a nuestra salud emocional y al estado de ánimo. Por eso, la alimentación influye en gran medida en nuestro microbioma. «Cuánto más sano está, más sano estás tú». Y la clave es «nutrir un equilibrio entre las casi 1000 especies diferentes de bacterias del intestino», añaden.
¿Para qué sirven y en qué alimentos se encuentran?
Los prebióticos son «fibras vegetales especializadas» que actúan como fertilizantes y estimulan «el crecimiento de bacterias sanas en el intestino». Estos prebióticos se encuentran de forma natural en muchas frutas y verduras, sobre todo en aquellas «que contienen carbohidratos complejos, como la fibra y el almidón resistente».
Como detalla la doctora especializada en medicina y nutrición, Irene Sendino, en su cuenta oficial de Instagram, estos son los alimentos que más prebióticos contienen: ajo, cebolla, alcachofa, plátanos, miel, espárragos y puerros.
Estos alimentos contienen carbohidratos complejos que «no son digeribles por el cuerpo, por lo que pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios», añaden desde Mayo Clinic.
Los probióticos, por su parte, contienen organismos vivos con cepas específicas de bacterias «que se añaden directamente a la población de microbios sanos en el intestino». También se pueden tomar a través de la alimentación, siendo el yogur el producto con mayor cantidad de probióticos.
Otros alimentos que pueden contener estos organismos vivos de forma natural, según la doctora Sendino, serían los siguientes: kefir, kombucha, chucrut, encurtidos, cereal miso, tempeh, olivas, vino y cerveza.