menú

Ciudad de Mexico

24°C
Few clouds

lunes 21 de julio de 2025

>
>
>
>
>
Honra la FIL a Cristina Urrutia

Honra la FIL a Cristina Urrutia

Como el vivaz búho que distingue a su sello -pupilas enormes y libros que son alas-, Cristina Urrutia busca propiciar lectores de ojos bien abiertos, al acecho de su cultura.

La fundadora de Ediciones Tecolote, que en 2023 cumplirá 30 años dedicada a la literatura infantil y juvenil, recibirá este lunes el Homenaje al Mérito Editorial en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, cuyas actividades arrancan este sábado. Un reconocimiento que comparte, dice, con los colegas independientes que subsisten frente a un panorama adverso para la industria.

Libros que recuperan la plástica mexicana -desde los códices y la pintura mural prehispánica, hasta las manifestaciones del arte moderno y contemporáneo, pasando por las expresiones populares, la fotografía, el diseño y la ilustración-, los publicados por su sello difunden el patrimonio del País desde perspectivas lúdicas y críticas, distantes de la rigidez y del afán de memorización que suele prevalecer en las escuelas, apunta Urrutia.

Entrevistada en la morada de Tecolote, un luminoso inmueble del antiguo pueblo de Tacubaya cuyo patio refresca un árbol de jacaranda, la editora rememora los esfuerzos que los han llevado a ganar en dos ocasiones el Ragazzi Award que otorga la Feria del Libro Infantil de Bolonia, en Italia, la más importante del mundo para dicho público, elevándose como la Mejor Editorial de Centro y Sudamérica.

La apuesta de Tecolote convenció incluso a la Secretaría de Educación Pública (SEP), que adquirió la primera colección de historia publicada por el sello.

“No es que fuera menos serio nuestro empeño editorial, porque nuestros libros tenían mucha investigación, pero lo que hicimos fue transmitirla de manera divertida. Y gustó. No pensé que fueran a comprarnos en la SEP libros en los que bajamos a los héroes de su pedestal y los presentamos como seres humanos, permitiendo a los niños identificarse con ellos y comprender que no tienen que ser personajes de bronce para formar parte de la historia.

“El gran objetivo para nosotros fue forjarles una mentalidad crítica, hacerles ver que no existe ‘la verdad’ en la historia: todo depende de quién la cuente”, explica Urrutia, sentada frente a una amplia mesa de madera que se colma de libros a medida que transcurre la entrevista.

Junto con su marido, Wojciech Stebelski, cómplice de la editorial, y quien le cuida los pasos ahora que se repone de una caída, Urrutia invita, entusiasta, a mirar los libros, a hojearlos, a demorarse en las imágenes, a apreciar los guiños de humor de las ilustraciones, por ejemplo los héroes que salen de los billetes para interpelar a sus lectores.

“¡Claro que me divierto! Es nuestra pasión. Podemos pasar horas y horas reflexionando, haciendo libros y, sobre todo, trabajando en equipo”, asegura.

Durante los primeros años de Tecolote, en los 90, los libros invadieron su casa, más editorial que hogar para contrariedad de sus hijos, entonces adolescentes, quienes reprochaban la atención destinada a los títulos y que estos se apropiaran del espacio, aunque al crecer y convertirse en padres arroparon a sus hijos en las lecturas que confeccionó su madre.

Fue la maternidad la que provocó que Urrutia, socióloga e historiadora adscrita entonces al INAH, y quien había colaborado en la colección Piñata de Editorial Patria, adoptara la profesión de editora.

“No había libros para niños con temas mexicanos, y cuando trabajaba en el INAH me di cuenta que hacían mucha promoción sobre rescatar y cuidar el patrimonio, pero no se trabajaba con ellos para, desde pequeños, inculcarles el amor por sus raíces. Entonces decidí hacer estos libros”, cuenta.

Había que emular al tecolote, símbolo de la sabiduría, y abrir bien los ojos para aprender a mirar la cultura, y no verla superficialmente.

“Tenemos una cultura muy rica, solo falta mostrársela a los niños. Es muy importante que estés seguro de tus raíces. No quiero decir que tienes que ser localista: pienso que puedes adoptar lo mejor de otros mundos, y hay que hacerlo, pero sabiendo lo que tienes, porque, si no lo sabes, a veces escoges cosas muy por debajo de tu cultura. Debes conocer tu cultura para poder tomar lo mejor de otros mundos”, enfatiza.

Muestra, por ejemplo, la belleza del conejo en la luna al que aluden los mitos mesoamericanos estudiados por el recientemente fallecido historiador Alfredo López Austin.

“Es cosa de abrir los ojos”, insiste Urrutia. “Quizá estamos un poco apantallados cuando tenemos la mirada puesta en el Norte y no nos hemos dado cuenta de lo que tenemos. No hay que cerrarnos, reitero, pero sí reconocer lo propio para tomar lo mejor de otros países, de otras culturas, o acabamos perdiendo, como lo hemos visto en nutrición; si cambiamos nuestro arroz y frijoles por papas fritas y Coca Cola, pues ya vemos lo que ha pasado”, dice en referencia al sobrepeso y obesidad que padece más del 70 por ciento población mexicana.

Temas como la migración, la ecología, el lenguaje popular, los derechos de los niños o la alimentación forman parte de un catálogo que apela a la inteligencia de sus lectores, afirma.

“Hay que tratar a los niños como seres inteligentes, no como subdesarrollados. La única diferencia es que el lenguaje debe ser más claro y los libros tienen que ser, de alguna manera, lúdicos. Aunque los nuestros son libros que inclusive gustan a los adultos, porque están hechos para seres inteligentes”, recalca.

‘AHÍ VIENE LA MEXICANA’
La apuesta de Urrutia no sólo le ha granjeado premios a Tecolote -palabra que deriva del vocablo tecolotl; búho, en náhuatl-, sino una identidad que se reconoce en la Feria de Bolonia, donde el pabellón mexicano, antes desairado, ahora convoca a editores y públicos interesados en acercarse las producciones editoriales del País.

La señalan en Bolonia -cuenta su marido- como “la mexicana”, capaz de sorprender con sus títulos a sus pares y de abrir un mercado en Europa, Asia y América para los libros nacionales, como ocurrió con Migrar, de José Manuel Mateo y Javier Martínez Pedro, ilustrado a manera de amate en blanco y negro que se despliega como un códice, y El libro negro de los colores, de Menena Cottin y Rosana Faría, que invita a oler, tocar, oír y saborear los colores para introducir al lector al mundo de los ciegos, traducido a unos 14 idiomas; Migrar, a 6.

“Cuando presentamos Migrar, que ganó un premio en Bolonia, me asomé a una reunión en la que estaban varios ilustradores hablando de lo original que era. Sucede que el mundo se está homogeneizando: el diseño, la ilustración infantil tienden a ser iguales. Tú vas en Bolonia de un stand a otro y ni sabes en cuál estás”, previene.

Pero la identidad de “la mexicana” se ha labrado con libros objeto que se despliegan como códices o biombos, entre otras formas que remiten a las tradiciones nacionales.

Desde su fundación, Tecolote ha publicado 130 títulos.

“No son muchos en tantos años de trabajo, pero son libros que hemos hecho poco a poco, con mucho trabajo, con mucha atención”, pondera.

Ha contado la anécdota de cuando la SEP, hace años, le pidió publicar sus libros en un papel de baja calidad. Se negó.

“Porque los niños merecen lo mejor y porque nuestro patrimonio hay que mostrarlo en toda su belleza, reproducirlo con todo el respeto que merece. Me niego a hacer libros de mala calidad, de mal papel, que además no se pueden leer, como cuando pones un texto muy apretado; deben ser libros bien hechos. No nos importa el tiempo que tardemos o los medios: debemos darle a los niños cosas de calidad. Es uno de nuestros principios”.

No son libros lujosos -la mayoría en pasta blanda-, pero sí de calidad, aclara.

“La literatura infantil debe ser muy exquisita”, apremia. “Estás formando al ser humano: debes poner todo de tu parte”.

ABOGA POR APOYOS
Proyectos editoriales como los de Tecolote requieren, para subsistir, de apoyos estatales, porque su apuesta no es comercial, advierte Urrutia.

“Las grandes editoriales”, argumenta, “escogen sus títulos muchas veces con criterios comerciales. Si nosotros hiciéramos libros de dinosaurios, venderíamos muchísimos, pero tratamos de hacer publicaciones sobre temas que les hagan falta a los niños, y no son siempre los más comerciales.

“También apostamos muchas veces por gente joven, que empieza, y eso también implica un costo, porque no son nombres muy conocidos, y después, cuando son famosos, a veces se van con las grandes editoriales”.

Urrutia recibirá el Homenaje al Mérito Editorial el lunes a las 20:00 horas, en el Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara.

Más Noticias

Sufren deportación... y cobros de Aduanas
Familias con paisanos deportados padecen cuotas altas, luego de que seres queridos vuelven a País tras expulsión de EU Por Miguel Domínguez /Agencia Reforma La...
Asesinan a ex Alcalde en sureste de Puebla
Alberto Hernández Feliciano, fue acribillado a balazos cuando estaba a bordo de su camioneta Por Staff/Agencia Reforma La Prensa PUEBLA.- Alberto Hernández Feliciano, ex Alcalde...
Salvan del Buró de Crédito a Juan Rulfo
Falleció en 1986, pero una mujer que luego vivió en su departamento no cambió su nombre de los servicios, que se dejaron de pagar en...

Relacionados

Decomisan en Acuña nueve kilos de “cristal”
Elementos de la Policía Civil Coahuila, en coordinación con GN...
Imponen híbridos dominio en región
Entrega Recaudación 708 placas ecológicas Se trata de las láminas...
Y pide iglesia haya dialogo
El párroco Néstor Martínez pidió coordinación y voluntad institucional para...
En riesgo la tradicional misa por Feria de la Uva
Alcalde buscará al obispo si es necesario para preservarla La...
Huachicol en Nuevo León: 45 mil litros de combustible
Elementos de la Guardia Nacional localizaron un tractocamión que estaba...
Aprobación cae junto a su plan migratorio
A medio año de su segundo mandato, el presidente ve...

Suscríbete

Inscribete a todas nuestras noticias y avisos.