Las y los niños menores de 2 años representan aproximadamente el 10 por ciento de las admisiones hospitalarias totales en el epicentro ómicron en Tshwane, Sudáfrica, según el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles.
En los últimos días ingresaron más niños que durante las primeras etapas de la actual cuarta ola de infecciones, aunque una tendencia similar ocurrió durante la tercera ola cuando la variante Delta era dominante, explicó Waasila Jassat, especialista en salud pública del instituto.
Científicos sudafricanos fueron la semana pasada los primeros en identificar la nueva variante ahora conocida como ómicron, y aunque los síntomas se han descrito como leves, el riesgo exacto de la nueva cepa aún es incierto
En respuesta, los gobiernos de todo el mundo intensificaron las restricciones de viaje, en tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la variante podría impulsar un nuevo aumento de contagios.
“Los niños muy pequeños tienen un sistema inmunológico inmaduro y no están vacunados, por lo que corren un mayor riesgo”, comentó Jassat, quien formó parte del desarrollo y la gestión del sistema de vigilancia hospitalaria nacional de Sudáfrica para el COVID-19.
El científico aclaró que parte del aumento en la tasa de admisiones podría ser el reflejo de una precaución adicional por parte de los padres, dada la nueva preocupación por la mutación. Un informe pediátrico que se entregará a finales de esta semana debería proporcionar más información.
“Es más probable que la gente admita a los niños como medida de precaución porque si los trata en casa, algo puede salir mal, especialmente los niños muy pequeños porque hay una mayor proporción de muertes”, dijo Jaffat.