En toda revuelta, siempre debe haber un culpable, sea o no el responsable de haberla organizado.
Dentro de la película El Juicio de los 7 de Chicago, que llega este viernes a Netflix, se comprueba que quien está al mando necesita «chivos expiatorios» para librarse de sus culpas.
«Que no se nos olvide que las manifestaciones de hoy en día son necesarias, tal como las fueron las del pasado».Aaron Sorkin,director y escritor
«La historia nos ha probado que las autoridades no saben cómo controlar las protestas, y que sus protocolos pueden ser o muy débiles o muy infundados.
«Me interesó muchísimo contar este juicio por el entramado de vicios políticos, mentiras a modo y desacatos a conveniencia que manifiesta la ley con tal de encontrar chivos expiatorios para justificar sus faltas», asevera Aaron Sorkin (ganador del Óscar por Red Social), escritor y director del filme.
En 1968, en el marco de la Convención Nacional del Partido Demócrata en Chicago, ocho personas, elegidas por «intuición» de las autoridades, fueron consideradas responsables de conspiración e incitación a la violencia masiva por protestar contra la Guerra de Vietnam.
Durante aquel tiempo, el alcalde Richard Daley había prohibido cualquier forma de concentración, por lo que ante ésta movilizó más de 12 mil policías, 7 mil soldados, mil agentes secretos y hasta 7 mil efectivos de las guardia nacional.
Ante los descontentos, las fuerzas del orden reprimieron a manifestantes, periodistas y hasta transeúntes con cachazos y gas lacrimógeno; hubo 600 arrestados y la noticia corrió por todo el mundo.
David Dellinger (John Carroll Lynch), Rennie Davis (Alex Sharp), Tom Hayden (Eddie Redmayne), Jerry Rubin (Jeremy Strong), Abbie Hoffman (Sacha Baron Cohen), John Froines (Daniel Flaherty), Lee Weiner (Noah Robbins) y Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen) fueron al principio, los ocho acusados de liderar todo esto.
Pero el número restó un integrante cuando Seale consiguió un juicio por separad; entonces, fueron Los 7 de Chicago.
«Seguimos viviendo manifestaciones, seguimos viviendo ante autoridades que no están preparadas para eso. La historia nos ha mostrado que las manifestaciones son para externar el descontento de un sector social por un hecho de repercusión local, nacional, internacional o mundial. Y seguimos repitiendo la historia.
«En el filme vemos cómo hay torpezas, situaciones absurdas, y nadie puede decir o hacer nada, porque de lo contrario, van en tu contra», puntualiza Sorkin, también famoso por la serie The West Wing.
El rodaje del largometraje se hizo en el otoño del año pasado en Chicago y en Nueva Jersey.
Originalmente, Sorkin escribió el borrador original de la película en 2007, con la idea de que Steven Spielberg estuviera al frente del proyecto.
«Puse especial énfasis en la narrativa técnica de juicio y, sobre todo, en evidenciar las debilidades de personajes clave, como el del juez (Julius) Hoffman, que hace Frank Langella, y quien me parece que va consolidando las ineptitudes de un sistema amañado», destaca Sorkin.