En Mazatlán quedaron bien con el nuevo «Jefe».
El cambio de técnico suele estar acompañado de un impacto positivo en lo emocional. Tal parece que así ocurrió con el club sinaloense, que en 8 minutos ya tenía un par de goles, en el triunfo 3-2 sobre Juárez.
El Estadio Kraken abrió por primera vez sus puertas al público, lo que probablemente contribuyó también en el aspecto anímico de los locales.
Mazatlán fue un tornado, pero solo durante una tercera parte del partido. Camilo Sanvezzo anotó un gol gracias a su técnica exquisita con la zurda, y Aldo Rocha incrementó la ventaja de penal. Al 32′, otra vez apareció Sanvezzo, atento a un rebote en un tiro de esquina.
Y ahí se acabó el partido para Mazatlán.
El «Jefe» Boy tenía una noche tranquila, demasiada al dirigir al colero de la Liga MX y que ya abandonó ese puesto. Paró un once con cinco jugadores diferentes de los que utilizó Francisco Palencia en su último juego.
Juárez vivía una noche terrorífica, hasta que el defensa rival José Ortiz los revivió con un mal rechace, bien aprovechado por Brian Rubio para acortar distancias.
En el segundo tiempo, los porteros casi ni se vieron, pero los Bravos revivieron gracias a una polémica jugada, un balonazo que noqueó al zaguero Carlos Vargas, y mientras los locales estaban más concentrados en el desplome de su compañero, Darío Lezcano marcó el segundo, de cabeza.
Tomás Boy exhibió su nerviosismo en los últimos minutos. Hace un año salió de Chivas tras cinco derrotas en nueve partidos y sin importar que el siguiente juego fuera el Clásico contra América. Ahora no se salvó de un susto.
Al menos los jugadores de Mazatlán podrán presumir una buena bienvenida al «Jefe».