Entre la pérdida de tradiciones religiosas y la pandemia, comerciantes de pescados y mariscos del Mercado San Juan recibieron con bajas expectativas la temporada de Cuaresma este año.
Notas Relacionadas
Inicia operativo de Salud por cuaresma
El vendedor Guadalupe Villeda Sánchez detalló que ninguna carnicería solía abrir en Viernes Santo, ahora ya es como un día normal.
«Ya la Cuaresma queda nada más en la memoria de mucha gente, porque las generaciones de ahora ya no respetan este tiempo», señaló.
Mientras que en años anteriores abría su puesto desde las 7:00 y se mantenía trabajando hasta las 16:00 o 17:00 horas, el nivel de concurrencia que percibe actualmente es mucho más bajo. Asegura que los mercados ya no son la opción de los más jóvenes.
Esta semana, los pasillos del Mercado, ubicado en el Centro Histórico, lucieron con poca gente.
Ricardo Medina, comerciante del lugar, aseguró que en estas fechas los clientes solían aglomerarse; pasar para comprar róbalo, extraviado o huachinango era toda una proeza.
«La generación que venía a comprar, la del buen comer se está muriendo y los chamacos ni conocen los productos menos los saben guisar, todo lo compran hecho, pura porquería», dijo.
Ante la baja en las ventas, él mismo ha tenido que reducir el volumen de la mercancía que tiene disponible. Mientras antes adquiría 50 kilos de róbalo para comercializarlo en la semana, ahora compra 15 y con temor de que se le quede.
Desde joven, Carmen Ramírez es una de las clientas del mercado. Aseguró que sus nietos no siguen la costumbre de no consumir carne roja en esta temporada. La economía es un factor en contra, dijo.
«La gente no puede comprar ni carne, menos pescado, es difícil», expresó.
En tanto, el locatario Jesús Martínez afirmó que para esta Cuaresma no tiene expectativas de que mejoren sus ventas.
«Está quebrado el País, no hay gente, la crisis económica, la recesión ocasionada por el Gobierno, es una cadena en la que caemos todos como fichas de dominó», afirmó.