Aunque la subasta duró dos semanas, la pieza principal: una piedra de Marte hallada en el desierto del Sahara y presentada como el tercer mayor pedazo de ese planeta conservado en la Tierra, no se logró vender
La Luna se vendió mejor que Marte durante una subasta de fragmentos de meteoritos en Christie’s, que también vendió la casilla de un perro agujereada por una de estas piedras de origen extrarrestre.
Un comprador pagó 44 mil 100 dólares por el hogar de Rocky, un pastor alemán que salió ileso tras la caída de una condrita carbonosa en un jardín en Aguas Zarcas, Costa Rica, el 23 de abril de 2019. Mucho menos de los entre 200 y 300 mil dólares esperados por Christie’s.
La piedra en sí, que mide un poco menos de 8 centímetros por 4, fue vendida en 21 mil 420 dólares, durante la subasta en línea que inició el 9 de febrero y terminó el miércoles.
Tras ser expuestas en Nueva York, 66 lotes fueron propuestos en estas subastas que Christie’s organiza cada año.
Aunque la subasta duró dos semanas, la pieza principal: una piedra de Marte hallada en el desierto del Sahara y presentada como el tercer mayor pedazo de ese planeta conservado en la Tierra, no se logró vender. De 9 kilos, este pedazo de roca volcánica estaba avaluado en un valor de entre 500.000 y 800.000 dólares.
Otro lote, el meteorito Gibeon, descubierto en Namibia y estimado en un valor de entre 200.000 y 300.000 dólares, tampoco encontró comprador.
Si otros fragmentos de Marte fueron vendidos en precios que van de los 10.000 a los 63.000 dólares, las subastas estallaron con la venta de pedazos de Luna, las piezas más escasas. Uno de ellos, hallado en Marruecos en 2007, recaudó 189.000 dólares, el lote más caro, por delante de otra esfera del satélite terrestre, que costó 69.300 dólares.
Las piedras provenientes de la Luna están entre las más escasas (…), existen menos de 750 kilogramos de meteóritos lunares (sobre la Tierra) y una parte importante es controlada por instituciones gubernamentales», escribió Christie’s en la presentación de una de las piedras.
Los fragmentos de meteoritos son codiciados por buscadores que recorren los desiertos para encontrar estas piedras preciosas.