México es actualmente uno de los más importantes centros de tráfico y producción de precursores para la fabricación de drogas sintéticas, particularmente metanfetaminas y fentanilo, indica un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) presentado este jueves.
El informe “Precursores y sustancias químicas frecuentemente utilizados para la fabricación ilícita de estupefacientes y sustancias sicotrópicas 2021” advierte que, ante los controles aplicados, han aparecido nuevos materiales, no fiscalizados, en la elaboración de drogas.
En el caso de Estados Unidos y México, indica, se mantuvo la tendencia observada en años anteriores de incautaciones insignificantes de efedrina, lo que, considera, pone de manifiesto que el mercado ilícito de América del Norte se ha abastecido predominantemente de metanfetamina fabricada en laboratorios a gran escala con métodos basados en el compuesto P-2-P (1-fenil-2-propanona), también conocido como fenilacetona.
En 2020, países de todas las regiones, excepto África, notificaron incautaciones de P-2-P, y las mayores se registraron en México, con más de 11 mil litros, los Países Bajos, con más de 4 mil 200, y China, con casi 2 mil 800.
En la mayoría de los casos, la sustancia se incautó en laboratorios o almacenes ilícitos, lo que indica, según la JIFE, que se había fabricado ilícitamente y no desviado de una fuente legítima.
México también registró los mayores aseguramientos de ácido fenilacético, benzaldehído, nitroetano, empleados para la elaboración de P-2-P.
El informe indica que México fue el único país que notificó incautaciones significativas de cloruro de bencilo, por caso casi 10 mil 800 litros, además de más de 3 mil 300 litros de cianuro de bencilo, ambos utilizados para la síntesis química de fenilacetona.
“Desde 2009, México ha comunicado con regularidad incautaciones de ácido tartárico, agente separador que se utiliza para aumentar la potencia de la metanfetamina fabricada con métodos basados en P-2-P, coincidiendo con la prohibición de las importaciones de efedrina en ese país”, apunta.
La JIFE destaca también los aseguramientos de anhídrido acético, metilamina y cloruro de amonio, todos ellos utilizados para la producción de metanfetaminas.
En tanto, señala, EU y México comunicaron en 2020 incautaciones importantes de ANPP (4-anilino-N-fenetilpiperidina), precursor del fentanilo sujeto a fiscalización internacional.
Estados Unidos reportó más 340 kilos de y México más de 100.
“Las cantidades incautadas en Estados Unidos fueron declaradas de origen nacional, mientras que México señaló a China como país de origen. De las discrepancias observadas entre el comercio legítimo y las incautaciones de ANPP cabe deducir que la sustancia procede de cauces ilícitos”, indica el informe.
Los dos países, apunta, fueron los únicos que comunicaron incautaciones de precursores alternativos del fentanilo no sujetos a fiscalización.
México reportó aseguramientos que ascendían a casi 300 kilos de 4-AP (4-anilinopiperidina).
La JIFE remarcó que se requiere de una acción global y de nuevas estrategias para hacer frente a la proliferación de sustancias químicas no fiscalizadas y de precursores de diseño.
“La fiscalización de sustancias de manera individual tiene a menudo carácter reactivo y no siempre está a la altura de las innovaciones que se observan en la fabricación ilícita, debido a la facilidad con que los fabricantes de drogas ilícitas sustituyen los precursores en cuestión por sustancias análogas”, señala.