Al implementar nuevas reducciones en el cobro de impuestos a los combustibles automotrices, el Gobierno está «quemando dinero» y no lo podrá sostener, consideró Montserrat Ramiro, ex comisionada de la CRE y miembro del Wilson Center.
«Eventualmente va a explotar, lo van a tener que quitar porque no hay presupuesto posible que aguante esto y no hay escenarios en donde veamos una caída en el precio del petróleo pronto», resaltó la especialista en el marco del Quinto Encuentro Energético de Nuevo León.
Según cálculos realizados por Grupo REFORMA, en tan sólo un mes, los estímulos fiscales a los que ha recurrido el Gobierno federal para controlar el incremento en el precio de los combustibles dejarían a las finanzas públicas un boquete estimado en 41 mil 455 millones de pesos.
Lo anterior, debido a que la Secretaría de Hacienda no estará cobrando el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), lo que significaría una merma de 28 mil 777 millones de pesos, y porque además, a partir del 5 de marzo se implementó un estímulo fiscal complementario, que representa unos 12 mil 678 millones de pesos menos.
El monto sólo considera los ingresos que no entrarán a la Hacienda Pública entre el 5 de marzo y el 1 de abril.
Ramiro lamentó que México no cuente con una política que incentive a la inversión privada, a los empleos y a la actividad económica, como tampoco una estrategia que compense las pérdidas recaudatorias.
«Todo hace que la bolsa de donde salen los recursos sea cada vez más chiquita. Entonces, eventualmente van a tener que parar de usarla y cuando paren de subsidiar la gasolina y suba los consumidores van a explicar por qué», expuso.