Un estudio dice que sin recomendaciones, la población deja de cuidarse como si ya no hubiera riesgos de contraer la enfermedad
Cuando la pandemia del Covid-19 comenzó, en marzo del 2020, el uso de cubrebocas se volvió obligatorio en gran parte del mundo. Sin embargo, con la disminución de casos globales, esta designación dejó de ser una medida esencial para reducir la transmisibilidad de la enfermedad en los países europeos. Hoy, México levantó la recomendación del uso de mascarillas, pero ¿esta medida beneficiará o perjudicará la evolución de la pandemia en nuestro país?
Pese a que el uso de mascarillas ha sido una de las precauciones más fiables para evitar el contagio del virus del SARS-CoV-2, a lo largo de la pandemia, distintas universidades se encargaron de estudiar la efectividad de esta medida de protección personal. Este es el caso de la Escuela de Ingeniería Química y de Procesos de Leeds y el Instituto de Estudios de Transporte que realizaron un estudio, a inicios de este año, que demostraba que, si bien, el uso de cubrebocas era una de las razones por las que la propagación de la enfermedad comenzaba a ceder, «estos beneficios podrían disminuir o perderse por completo si el mensaje sobre el uso obligatorio de mascarillas no es claro y las reglas no se implementan correctamente».
De acuerdo a los expertos, la evidencia -basada en la población de Bangladesh, demostró que cuando estas medidas se relajan, la población lo interpreta como si ya no existieran riesgos de contraer la enfermedad, por lo que su movilidad y contacto con personas se intensifica, sin guardar distancia. Las personas asumieron estos avisos como una «señal» que podían reanudar su vida normal, tal y como la realizaban antes que se detectara el Covid-19.
“Y ese no fue el caso. Había que decirle a la gente, y recordarle constantemente, que el uso de mascarillas era una medida adicional, además de limitar los viajes y la interacción cercana con los demás”, indicaron los autores del estudio, publicado en «BMJ Global Health».
La doctora Zia Wadud, que guio esta investigación, dijo que se trata de un fenómeno denominado como «compensación de riesgos» en donde la población adopta un comportamiento de exposición frente al virus, ya que hay una entidad autoritaria que los provea de la seguridad que nada malo les ocurrirá. Para dimensionar este comportamiento, la experta comparó a un motociclista que acelera a una velocidad que rebasa el máximo permitido por el hecho de portar un casco de seguridad.
“Es importante que los formuladores de políticas reconozcan esta posibilidad para diseñar mejor sus medidas de mitigación de Covid-19”, recomiendan.