Franeleros de las inmediaciones de Chapultepec no solo cuidan los automóviles de visitantes, ahora también ofrecen un servicio irregular de valet parking.
En un recorrido realizado ayer, REFORMA constató que un grupo de cuidadores colocó trafitambos en la bahía del acceso de la Calle Acuario, por donde se puede ingresar a la Primera Sección y al Zoológico, para simular la entrada a un estacionamiento.
Ahí, los supuestos valet, algunos de los cuales portaban chalecos café con una «E», ofrecían a los visitantes dirigirlos a Polanco para dejar sus vehículos. Los automovilistas que se aproximaban para recibir información obstruían el carril exclusivo para el transporte público que recorre Paseo de la Reforma.
Los franeleros, incluso, se ubicaban en los carriles centrales de la avenida, bajo las cámaras de videovigilancia del C5, para promocionar sus servicio.
«Son 50 pesitos, lo llevo aquí a la zona hotelera para que deje su auto seguro, la familia se puede quedar de una vez», dijo un franelero a un automovilista.
«¿Quiere lugar?, ¿quiere lugar?», preguntaba otro de los cerca de 20 jóvenes que se ubican en el punto, contiguo a las rejas del Bosque.
Los conductores que accedían eran llevados a vialidades contiguas a la Avenida Gandhi y a la Calle Rubén Darío, donde los franeleros le indicaban que también debían pagar el parquímetro.
Policías a cargo del acceso de la Calle Acuario negaron que el servicio haya sido autorizado por la administración del Bosque.
«Claro que no, no son personal del Bosque, aquí no hay valet parking ni estacionamientos, ya es riesgo del automovilista», comentó uno de los elementos.
En los estacionamientos cercanos, como el del Museo Nacional de Antropología, el del Rufino Tamayo y el de Arte Moderno, se formaron largas filas de automovilistas en espera de que se desocuparan los lugares en su interior.
Los agentes a cargo de la vigilancia de Chapultepec sugerían acudir también al espacio para automóviles con el que cuenta el Auditorio Nacional, a un lado de Campo Marte.