El presidente de Morena, Mario Delgado, la dejó ahí, botando en el área chica, o siguiendo la metáfora del diputado morenista Ignacio Mier, cargó el arma y la dejó sobre la mesa.
El Festival por la Soberanía Nacional fue un mitin musicalizado para exhibir a los legisladores que impidieron la aprobación de la reforma eléctrica propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
También pretendió mostrar a un partido unido y en su mejor momento, según dijo Citlali Hernández, secretaria general del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
A los lados del templete instalado en la Alameda Central fueron colocadas mamparas con las fotos y nombres de los diputados del PRI, PAN, PRD y MC, y cuatro tableros gigantes para que la gente les dejara mensajes a los «traidores».
El coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, dijo que se trataba de un «paredón pacífico», para que los legisladores de Oposición fueran «fusilados» con la pluma de la gente.
En ese paredón, Mario Delgado escribió: «La patria no se vende, la patria se defiende», y luego de plasmar su firma agregó: «¡Viva México!».
Entonces alguien azuzó al dirigente morenista: «Cabrones, Mario».
«Agrégalo, luego van a decir que yo», le dijo Delgado, y le dio el plumón a un hombre para que quedara registrada la frase completa frente a las cámaras.
En el mitin, los morenistas aseguraron que son pacíficos, que exhibir de esa manera a los legisladores no es odio y que lo van a hacer a lo largo del País.
Ellos no lo dicen, pero la gente lo entiende y reacciona con insultos y mentadas de madre.
Apenas Mier mencionó al ex Presidente Felipe Calderón, alguien gritó: «¡Borracho!»
«Eso también es cierto, pero yo no lo puedo decir, eso también es absolutamente», dijo Mier, riendo.
Luego de asegurar que los opositores se mostraron a favor de las empresas trasnacionales, Delgado preguntó a los presentes cómo llamarles a esos legisladores.
«¡Culeros, culeros!», respondieron los simpatizantes de Morena.
«Traidores a la patria», matizó Delgado, y la senadora Citlali Hernández soltó la risa.
El líder morenista aseguró que si alguien ha sufrido campañas de odio es López Obrador, y adelantó que presentarán una denuncia penal en contra quienes frenaron la reforma eléctrica.
Con bandas de ska, trova y fusiones de cumbia y rock, los discursos de los morenistas fueron amenizados, pero el calor del mediodía obligó a los asistentes a buscar refugio bajo los árboles de la Alameda Central.
En los pizarrones convertidos en paredones, la gente escribió vivas a AMLO y las consignas que se suelen escucharse en las marchas de apoyo.
Timoteo Hernández, de 84 años, llegó desde los límites con Morelos, cerca de la caseta de Tlalpan, para mostrar su rechazo hacia los «traidores».
«Ya sabemos como se las gastan los de ahora por México, pero ahora al pueblo no lo engañan a despertado de todas las artimañas de los conservadores», escribió en uno de los pizarrones.