Por Yuriria Sierra
Quince años, cero muertes
Cuando la discusión sobre la despenalización del aborto en el entonces Distrito Federal, el debate se centró, como hasta ahora, en el dilema moral (y religioso), sobre cuál es el momento en que se inicia la vida, si en el nacimiento o desde la concepción, para con ello determinar a partir de cuándo la ley debe protegerla.
Una discusión estéril y que, quince años después, tiene a los opositores de esta decisión con los mismos argumentos alimentados por ideología.
Quince años después, la realidad. La vida de miles de mujeres avalan el porqué el derecho a decidir es un asunto personal e intransferible, pero que merece un lugar en la ley para asegurar su protección, porque faltarle tiene consecuencias irreversibles.
La legalización del aborto en la Ciudad de México es uno de los mejores ejemplos de una política pública exitosa, que llegó con Marcelo Ebrard al frente del gobierno capitalino: quince años, cero muertes.
Es una de las razones que convirtieron a la CDMX en un epicentro de avanzada, después llegaron los estados de Oaxaca, Veracruz, Colima, Hidalgo, Coahuila, Baja California y Sinaloa. Sin duda, aún son pocos territorios en el país que se han atrevido a nombrar y anotarlo con todas su letras: legal.
Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, eterna aliada del buen entendimiento de las leyes, hizo lo suyo y declaró inconstitucional la criminalización del aborto, también que la objeción de consciencia no puede servir para limitar el derecho a decidir de las mujeres.
Si bien, hace falta que el resto de estados en el país modifiquen sus códigos, las vías están ahí y se siguen construyendo.
Hoy, quince años después, lo que ha ocurrido en este tiempo debe servir para asfaltar esos caminos y hacer que su trayecto cubra todo el territorio nacional.
La otra falacia: con la legalización del aborto, la CDMX se convertiría en un destino, casi turístico, para quienes desearan interrumpir su embarazo.
Los datos, en los primeros cinco años, indican que se realizaron 85 mil 974 procedimientos; para 2017, ya eran 176 mil 355… y quince años después, son 247 mil 410. De ellos, siete de cada diez corresponden a pacientes que residen en la capital.
No se movió un ápice del derecho de las personas que no consideran al aborto como una opción; pero se protegió la vida de casi 250 mil mujeres, para que nunca más se sometieran a procedimientos clandestinos que pusieran en riesgo su vida.
Este martes, durante uno de los varios eventos organizados para conmemorar estos primeros quince años, la secretaria de Salud capitalina, Oliva López, resumió preciso lo que esto ha significado: “Quince años de ofrecer un procedimiento seguro, gratuito y de calidad que mantiene una mortalidad de cero, quince años de no tener a ninguna mujer en la cárcel por decidir sobre su cuerpo, quince años de que la maternidad será deseada o no será…”.
Y ante la contundencia de estos datos, sólo la razón