La idea de quitarse el cubrebocas en espacios abiertos para Abigail Hernández es impensable, pues un tío murió de Covid-19, recordó.
“En espacios públicos no me lo quito para nada (el cubrebocas), aunque me sofoque, porque fue muy impactante que mi tío muriera por Covid-19 y desde que inició la pandemia intuimos por las noticias que no debía tomarse a la ligera, pero mi tío lo desestimó”, dijo Abigail.
En los espacios abiertos como la Alameda Central, Madero y Eje Central, en el Centro Histórico, hay personas que transitan de forma indistinta con y sin cubrebocas.
En paseo Madero ya no hay prohibición o invitación de las autoridades hacia las personas para que utilicen cubrebocas de parte de los policías que están en el ingreso y salida de esa vía como antes lo hacían.
La relajación de la medida de usar mascarilla en espacios abiertos no ha sido tomada en cuenta por todos, pues hay muchos que no creen que el peligro haya pasado.
“Personalmente me siento inseguro de no usar, si bien dicen las autoridades que vamos a la baja de contagios hay rebrotes importantes en otras partes del mundo y todavía no hay condiciones para dejar de usarlo”, consideró Daniel Valdés.
Teresa Espinosa, cuidó de la familia de su sobrino cuando enfermaron de Covid-19 para llevarles comida. Para ella fue una experiencia compleja que no desearía volver a vivir, por lo que se cuida en espacios abiertos y cerrados para evitar que le pase.
“Muchos estornudan, no tienen las medidas y la verdad, hay muchos virus en el aire, andando sin cubrebocas me sentiría desprotegida”, agregó.