CIUDAD DE MÉXICO.-Martín, un sinaloense de 25 años, dormía tranquilo en la sala de su casa cuando, a las 4:00 horas del martes, súbitamente se lo tragó la tierra con todo y sillón.
No fue un terremoto, sino un viejo “narcotúnel” que pasa bajo otras ocho casas en la Colonia Juntas de las Humaya y que se vino abajo 10 años después de haber sido asegurado por la entonces Procuraduría de General de la República (PGR).
Tras caer, el joven comenzó a pedir ayuda a gritos, por lo que sus vecinos acudieron para sacarlo del agujero, de aproximadamente 2 metros de profundidad, que se abrió.
Martín presentó heridas leves por el incidente, pero los daños materiales a su casa son cuantiosos.
Otros vecinos de la colonia han reportado afectaciones como hundimientos y grietas en sus viviendas y uno hasta tiene un árbol de mango creciendo en un pequeño socavón ocasionado por el hundimiento del pasadizo.
El hogar de Martín está a 100 metros de distancia de una casa de seguridad de la que sale el narcotúnel y que desde el 2012 estuvo bajo resguardo del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes del SAT.
En esta administración este organismo se convirtió en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), que emitió un comunicado en el que aseguró que desde abril evalúa el riesgo del túnel.
El narcotúnel tiene salida en un afluente aledaño llamado Río Culiacán, atraviesa de oeste a este la zona norte de Culiacán y desemboca en el Municipio de Navolato.
La técnica de los narcotúneles fue usada principalmente por el Cártel de Sinaloa, liderado entonces por Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien en julio del 2015 utilizó uno para fugarse del penal del Altiplano.
Un año antes, tres operadores de “El Chapo” también escaparon en un túnel –que medía más de medio kilómetro de largo– del penal de Culiacán.